En la edad adulta es cada vez más habitual que aparezcan brotes de acné. Causados, en su mayoría, por los cambios hormonales, la contaminación o el estrés. Si estos se tratan en sus inicios se evitaran las marcas en la piel así como dimsminuirán las posibilidades de que el acné vuelva a aparecer.

Un estudio de la Universidad de la Rioja y los laboratorios Uriage ha demostrado que, como decíamos anteriormente, el estrés combinado con los cambios hormonales es la principal causa de la aparición del acné que afecta a las mujeres a partir de los 25 años. Estos factores junto con la polución que obstruye los poros, provocan la inflamación de las glándulas sebáceas que inducen a la aparición de lesiones cutáneas, en forma de espinillas o quistes, principalmente en las zonas de la mandíbula y el mentón. En cuanto a la comida es destacable el papel generador que tiene la ingesta excesiva de azúcares refinados.

Anterior a cualquier tratamiento el llevar a cabo una correcta higiene facial es imprescindible para librar a la piel de las molestas imperfecciones. Es recomendable usar a diario agua micelar, cuya diferencia principal con el agua corriente es que no tiene residuos que pueden irritar nuestra piel, y además su composición la hace muy eficaz en la limpieza profunda de restos de maquillaje y polución. También tonifica y regula el nivel graso de la piel, haciéndola ideal en casos de acné.

La prevención y la prudencia es necesaria para llevar a cabo la exfoliación en casa y es necesario consultar al especialista para que nos recomiende los productos más adecuados. Por último, en la rutina de limpieza facial, no hay que olvidar la hidratación en crema aunque parecería lógico obviarla por el exceso de grasa.

Precisamente a estas personas que tienen la tendencia acneica o piel grasa los cosméticos más adecuados son los no comedogénicos. Las cremas hidratantes, antiedad e incluso maquillajes que entran dentro de esta categoría son los productos que han demostrado que no obstruyen los poros. Tampoco son recomendables los productos cosméticos que tienen aceites en su composición, optando mejor por los que incorporan principios reguladores del exceso de grasa, eliminando brillos, ofreciendo la acción bactericida y la calmante frente a la irritación.

Una vez tenemos visibles las lesiones acneicas es bueno aprender a disimularlas. Utilizando maquillaje ligero sin agentes comedogénicos podemos esconder temporalmente aquello que nos puede llegar a crear inseguridad, ayudándonos a ser constantes en el tratamiento. La aplicación de la base debería ser, en un principio, con un pincel por todo el rostro y finalmente con la ayuda de una esponja y a base de golpecitos trabajar en las imperfecciones. Se hace necesario en estos casos ser muy meticulosa en la limpieza de nuestro material intentando evitar infecciones.

El acné común en ocasiones puede causar cicatrices permanentes que pueden ser hipertróficas (abultadas) y/o atróficas (producidas por la falta de piel, siendo estas las más comunes) El tratamiento a seguir para llegar a eliminar estas cicatrices debe ser personalizado, valorando el grado de severidad y escogiendo de los tratamientos actuales, el más adecuado. El encargado de ello debe ser, en todos los casos el dermatólogo o el cirujano cosmético.