El método creado por Brad Pilon parece ser un gran descubrimiento para muchas mujeres influyentes te explicamos en que consiste.

El ayuno intermitente se está convirtiendo en poco tiempo en un método muy popular para ganar en salud y perder peso. El método original propone ayunar durante 24 horas una o dos veces a la semana, siendo el tiempo de ayuno flexible en función de la persona y sus características. En este período no se puede comer nada sólido ni triturado, pero si están permitidos el agua, los caldos de verduras y las infusiones. Tras este tiempo en el que no se ha ingerido alimento sólido se puede comer con normalidad.

Hay personas que viendo excesivas las 24 horas prefieren terminar el ayuno al mediodía y comer algo contundente, otras lo terminan a la tarde y rompen el ayuno con un tentempié. Según el creador no hay normas rígidas “cada persona puede iniciar y terminar el ayuno como mejor le convenga” explica Pilon. El objetivo principal es reducir el total de calorías consumidas a la semana, sin restricciones durante los días en que no se practica el ayuno. Lo que si es importante y se propone es hacer ejercicio físico regular, especialmente de resistencia, para no perder masa muscular.

El hecho que sea algo flexible es algo bueno a tener en cuenta ya que cada persona se adaptará progresivamente a la que su cuerpo le vaya diciendo. Empezar con unas horas sin comer sólido e ir aumentando el tiempo si así lo crees conveniente.

Otra ventaja es que no es algo restrictivo, no deberás contar calorías y podrás comer normalmente, siempre sin excesos, en los tiempos de no ayuno.

En contra cabe destacar que hay personas que no llevan bien los ayunos y tienen síntomas leves que tienden a desaparecer con el tiempo como dolores de cabeza, cansancio o ansiedad. Otras pierden el control y comen desmesuradamente tras ayunar, por ello este no es un buen método para ellas.

Es muy importante comentar que siempre que se hacen cambios en la alimentación o se quiere seguir uno u otro método, es imprescindible informarse muy bien y dejarse aconsejar por expertos en nutrición que son quien realmente podrán ajustar las pautas más adecuadas para cada persona, viendo su historial, y estudiando sus necesidades y expectativas.

Cada estación del año tiene sus própias características que condicionan nuestra actividad, horarios y hábitos. Realizar pequeños cambios dietéticos y de actividad, adaptándonos a ellas es una buena idea.

En primavera hay pequeños cambios que podemos hacer y que exponemos a continuación:

Disminución de la energía

En primavera aumenta ligeramente la temperatura ambiental y por ello los requerimientos energéticos descienden a nivel corporal. Para reducir calorías en la dieta, que ya dejan de ser tan necesarias, sería bueno reducir las cantidades de pasta, legumbres o arroz. Substituyéndolas por sus versiones integrales que además de aportarnos más fibra y sensación de saciedad son más nutritivas.

El ánimo arriba

En esta estación es bien sabido que el ánimo se puede ver alterado y por ello es importante que no nos falten los nutrientes relacionados con la síntesis de serotonina: las proteínas, la vitamina B6 y el magnesio. En la dieta mediterránea tenemos muchos alimentos que aportan precisamente estos nutrientes como son los guisantes, los espárragos o el germen de trigo, que nos aportan la vitamina B6 o los frutos secos, los plátanos y el cacao que contienen magnesio.

El hierro

Son muchos los estudios que revelan que en primavera notamos cierta sensación de cansancio, la conocida astenia primaveral. Y esto puede ser debido, entre otros factores, a una insuficiente ingestión de hierro. Es de especial importancia tenerlo en cuenta sobretodo en mujeres, ya que en esta época se suelen empezar dietas, que si no están supervisadas por un profesional, pueden significar carencias y desequilibrios nutricionales importantes. El hierro lo encontramos en el marisco, las legumbres, los huevos y la carne.

Proteger nuestra piel

En primavera aumentan las horas de exposición solar y nuestro organismo aumentará de forma natural la vitamina D. Hemos de proteger nuestra piel tomando vitamina C y provitamina A, presente sobretodo en frutas y verduras.

Más hidratadas

Durante todo el año es necesario hidratarse bebiendo agua, es algo más importante de lo que nos podemos imaginar. Y lógicamente con el aumento de la temperatura se debería beber aún más. En ocasiones beberemos por la sensación de sed pero por lo general sería adecuado no esperar a que apareciera está sensación, tendríamos que beber de forma consciente durante el día al menos dos litros de agua.

 Disfrutar del aire libre

Algo que nos aporta bienestar emocional nos aporta también bienestar físico. Recuperar el contacto con la naturaleza, realizar actividades al aire libre sean o no deportivas nos ayudará a sentirnos mejor en nuestra globalidad.

¿Qué podemos comer entre horas cuando notamos que tenemos hambre?

Os proponemos una muy buena opción como son los batidos de fruta, también conocidos como smoothies. Es una opción realmente sana y nutritiva pero es verdad que en ocasiones nos da mucha pereza prepararlos o nos faltan ingredientes. Nuestra propuesta es una manera creativa y práctica de preparar los ingredientes base para que no haya excusas: las smoothie bags.

Lo más habitual es que hagamos la compra una vez a la semana (la compra grande), y que en ella escojamos las frutas y verduras que consumiremos durante esos días. No nos debemos olvidar de comprar también bolsas herméticas de congelación de tamaño mediano. En dichas bolsas prepararemos la ración de frutas y verduras que solemos usar en nuestros batidos preferidos ya peladas y listas para batir. Un ejemplo de un delicioso smoothie podría ser: cinco fresas, tres rodajas grandes de piña y unas hojas de kale, lo cerrarmos de forma hermética y lo congelamos.

En el momento que tengamos hambre lo que tendremos que hacer es escoger la combinación que nos apetezca de nuestras raciones congeladas y verter el contenido en la batidora (preferiblemente de vaso), añadir un par de hielos o una base líquida o cremosa como leche, leche vegetal o yogur. Batimos la preparación hasta lograr la textura deseada y ya tenemos listo nuestro tentempié saludable!!!

Está es una opción muy cómoda para poder conservar la fruta y la verdura en buenas condiciones logrando que a pesar de el paso del tiempo no se oxiden o pierdan sus nutrientes y para poder prepararnos sin perder demasiado tiempo el smoothie que quizás dejábamos sólo para los fines de semana.

¿Seguro que ya estáis pensando posibles combinaciones para vuestras smoothie bags?

¿Nos proponéis alguna?

 El comer es una de las actividades más básicas de nuestra vida y el incorporar la técnica del mindfulness en dicha tarea nos ayuda a apreciar los alimentos, nuestra salud y el respeto por nuestro entorno.

Nuestro ritmo de vida es en ocasiones frenético, lleno de actividades y responsabilidades lo que nos conduce a prestar poca atención a momentos tan importantes del día como es el momento de comer, de alimentar nuestro organismo y, por que no, nuestro espíritu. Cada vez menos encontramos la manera de comer de forma tranquila y saludable.
Por ello alimentarse con consciencia es cada vez más importante. Sería adecuado aprender de nuevo a detenernos y preguntarnos si nuestro cuerpo necesita ciertos alimentos, por qué nuestras preferencias cambian según nuestro estado de ánimo, consumiendo ciertos alimentos cuando estamos tristes o estresados.

Optando por el mindfulness en la alimentación cualquier comida que realizamos, solos o en compañía se convierte en una grata experiencia que nos conducirá a corto plazo grandes beneficios.

Desde hace años la Escuela de Medicina de Harvard, se ha encargado de difundir la práctica de la alimentación consciente, ofreciendo pautas sencillas para poder empezar a cambiar nuestros hábitos. Una de estas pautas es el hecho de agradecer los alimentos de los que disponemos y de los cuales nos vamos a nutrir, practicando, cada uno a su manera, la antigua costumbre de bendecir la mesa.

El llevar a cabo esta sencilla recomendación nos ayuda a reflexionar, aunque sea por un pequeño instante, sobre la suerte que tenemos de poder disfrutar de nuestra alimentación, de sentirnos bien acompañados, entrando en sintonía con todos con los que compartimos la mesa. Hoy en día es tan difícil compartir la mesa con toda la familia que si esto sólo es posible hacerlo, por ejemplo, en el fin de semana, sería muy bueno aprender a valorarlo.

Otra pauta importante a seguir es el empezar a informarnos sobre lo que comemos. Hay tantas posibilidades de lograr información seria de lo que realmente nos beneficia y perjudica que, tener el interés, es el primer paso. Disfrutar comprando y buscando los alimentos escogidos, cocinarlos de una forma saludable, siendo conscientes de lo que nos aportarán es un acto de intencionalidad que nos ayuda a estar plenamente presentes.

El mindfulness es un concepto, una técnica de la que se está hablando mucho, aplicado a la alimentación y a nuestra vida es una opción altamente recomendable.

Tras las fiestas navideñas y los excesos del fin de año, es el momento para llevar a la práctica algunos consejos para regular la alimentación y nuestos hábitos. ¿Quizás hayas notado que en diciembre te sentías más cansada?

Es sabido que durante las fiestas todas estamos más aceleradas por los compromisos, las tareas pendientes, las exigencias laborales por el cierre anual, etc. También quien más y quien menos vive unos días de bastante desajuste alimenticio desde la misma nochebuena. Uno de los objetivos de este mes de Enero podría ser desintoxicar tu organismo, empezando por tareas tan sencillas como beber mucha agua y dormir lo suficiente.

Se recomienda beber 2 litros de agua al día, cantidad que podemos incrementar tras las fiestas. Durante estos días especiales hemos ingerido, la mayoría de nosotras, muchas grasas, azúcares, alcohol.. superando las cantidades a las que estamos acostumbradas. Durante este mes reduciremos y, si es posible, eliminaremos estas substancias de nuestra alimentación diaria. Procuraremos tomar cítricos como el limón o la naranja, que ayudan a limpiar el organismo así como agua de coco que, gracias a sus altas dosis de minerales y potasio, ayuda a reponer dichos elementos que se han perdido en la actividad física o el estrés.

Otro de los consejos a seguir en este mes de desintoxicación es moverse. Llegar a nuestros destinos habituales caminando o en bicicleta, dejando de lado el coche, buscar una actividad física con la que disfrutemos y nos sea factible compaginar con nuestras obligaciones.
Es bueno hacer ejercicio en nuestro día a día en gestos tan sencillos como utilizar las escaleras en vez del ascensor, encontrar alguna pequeña tabla de ejercicios básicos para poder hacer en tan sólo unos minutos en tu propia casa, en este aspecto, querer es poder, así que mucho ánimo, los resultados merecerán mucho la pena.

No podemos olvidarnos de dormir. Regular las horas de sueño debería ser una prioridad. Tras trasnochar varios días en Diciembre, puede ser difícil abandonar el hábito de irse a dormir tarde, aunque esto es realmente algo que nos perjudica. Preferiblemente sería bueno volver a levantarse pronto por la mañana, llenar el día de actividad y disfrute y llegar cansado a la noche acostándose también pronto.
La falta de un sueño reparador puede ocasionarnos dolores de cabeza, mareos y otros síntomas leves pero ciertamente incómodos.

Por último, algo que siempre se recomienda en las dietas depurativas, beber en ayunas té caliente, que además ayudará a reducir la hinchazón abdominal, prevenir los gases y mejorar nuestras digestiones. Durante el mes de enero podríamos substituirlo por el café escogiendo la variedad que más nos guste como el té verde, el rojo o el blanco.

Enero, empecemos el año con nuevos propósitos entre los que esté el cuidar nuestro cuerpo para disfrutar aún más de nuestra belleza interior y exterior.

Estamos ya muy cerca del nuevo año, el 2016. En algunos trabajos o estudios se acerca también una sobrecarga de trabajo y cuotas de estrés extra por el cierre de año.

Nuestra vida diaria, en ocasiones, nos exige mucho. Las constantes tensiones y exigencias en el trabajo, los estudios, las responsabilidades en la casa… provocan unos niveles de estrés que pueden repercutir en nuestra calidad de vida.
Cuando somos conscientes de ello y queremos poner solución, es bueno pensar que no siempre las soluciones son externas y químicas, es decir, complementos vitamínicos o tónicos que prometen aumentar nuestra energía; más bien la clave está en tener una buena alimentación y unos hábitos saludables.

En estos momentos de exigencia personal son varios los coach en nutrición que señalan la importancia de tomar consciencia más que nunca en nuestra alimentación. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el cerebro es el único órgano del cuerpo que es azúcar dependiente. Sus funciones se activan y se mantienen cuando tenemos adecuados niveles de azúcar, pero hay que saber que cuando se consumen grandes dosis de dicha sustancia se produce un falso estado de alerta que no suele durar más de 20 minutos, pasando posteriormente a sentir una profunda fatiga.

Aunque pueda suponer un gran esfuerzo, habría que hacer todo lo posible por reducir o, mejor aún, eliminar el azúcar de la alimentación diaria. Evitando así el deseo de estar comiendo a toda hora, puesto que cuanto más dulces consume una persona, mayor necesidad siente de comer otros alimentos azucarados, provocando en ocasiones grandes dosis de ansiedad.

Otra de las recomendaciones para combatir el estrés es conocer y aplicar en nuestra vida algunos de los grandes fundamentos del slow food, ¿lo conocéis?

Este movimiento convertido en asociación con repercusión en todo el mundo, surgió en Italia en 1986, como réplica a la tendencia fast food (comida rápida). Las personas implicadas acordaron que era necesario promover la lentitud en la comida, los productos naturales, las recetas locales, así como el deleite en el sentido del gusto, el comer sin impaciencia.

Aplicándolo a nuestro día a día significa comer con consciencia y atención, deteniendo todas nuestras actividades, cocinando de la manera más adecuada los alimentos y valorando en especial la calidad de las materias primas. Entre los principales beneficios, de esta manera de vivir y disfrutar de la alimentación, el combatir el estrés y la ansiedad es quizás uno de los más importantes.

Aún sabiendo que muchos tenemos y vivimos con prisa, que nuestra vida es un ajetreo constante y es difícil detenernos, deberíamos parar y disfrutar de nuestras comidas, el esfuerzo merecerá mucho la pena y, que mejor, que empezar un nuevo año con unos hábitos que nos ayudarán a vivir de una forma más feliz y consciente.

Las japonesas son de las mujeres que tienen la suerte de gozar de una piel de infarto: fina, sana y sin imperfecciones. Esto se atribuye a la sabiduría oriental, que basa cualquier cuidado sobre la premisa de la sencillez y de la perfección. Esto también incluye su piel: un cuidado diario basado en la pureza y la naturalidad.

Si te interesa descubrir algunos trucos orientales, sigue leyendo:
Uno de los puntos fuertes de su filosofía es no poner nada encima de la piel que no se pueda comer. Sí, así de simple. Con el uso de productos orgánicos y naturales consiguen que todo aquello que está en contacto con su piel sea de origen 100% natural. Si quieres seguir con este consejo, usa aceites, extractos de plantas, esencias de flores o exfoliantes naturales en tu rutina diaria y notarás el cambio.

También creen en la desintoxicación. Tomar té verde aporta a la piel una gran cantidad de antioxidantes, por lo que se convierte en una parte fundamental de la dieta japonesa. El té, además, es un gran aliado para el tema estético pero también a nivel de salud, ya que desintoxica las células del cuerpo y tiene propiedades antiinflamatorias. Incluyendo el té en tu dieta conseguirás limpiar tu cuerpo de adentro hacia fuera, consiguiendo una piel resplandeciente, llena de energía y vitalidad.

Otro de los principios básicos es maquillarse menos y limpiarse más. La regla es sencilla: es mejor invertir en un buen limpiador y en un buen filtro solar, que en maquillaje. De hecho, la limpieza profunda de la cara es uno de los momentos más importantes para las mujeres japonesas.

Ah! Y teniendo en cuenta que nunca se debe frotar un producto sobre el rostro. Es mejor esparcirlo, presionando suavemente con los dedos para que penetre bien en la piel.

Siguiendo con el rostro. Algo que ayuda muchísimo a reducir las manchas de la cara y quitar las células muertas es el arroz
. Una exfoliación de arroz molido con té de jazmín te garantizará una limpieza profunda.
Si incluyes alguno de estos consejos en tu vida, verás cómo mejora tu aspecto y el de tu piel. Además, todos son bastante sencillos y asumibles de hacer en casa. ¡No hay excusa!

Las dietas macrobióticas significan dietas de la larga vida por su rechazo a los alimentos procesados o adulterados. De esta manera, se van restringiendo los alimentos hasta llegar a una dieta basada principalmente por los cereales.
A pesar de que hay mucha gente que sigue este tipo de dietas por su base natural, los nutricionistas advierten de la necesidad de recibir un buen asesoramiento, por las carencias que puede producir en nuestro organismo si no se realiza de una forma correcta y equilibrada.

La dieta macrobiótica se basa en la milenaria medicina china y el budismo zen, que tienen como objetivo reequilibrar el cuerpo, tanto física como emocionalmente, y conectarlo con la naturaleza. Se trata de una perspectiva totalmente distinta al concepto de salud que conocemos y practicamos proponiendo un cambio en nuestro estilo de vida y en nuestra alimentación.
Los alimentos se clasifican en dos categorías: Yin y Yang. Entre ellos existe una armonía para lograr un absoluto bienestar físico y mental. Según la dieta macrobiótica, el objetivo a perseguir es encontrar el equilibro entre los alimentos yin, considerados pasivos, y los alimentos yang, considerados activos.

De esta manera, los alimentos yin son aquellos totalmente naturales que se relacionan con lo oscuro, la humedad y el frío. Entre ellos, podemos encontrar frutas, verduras, pescado, tofu… Aunque también hay ciertos alimentos que se considera que tienen un exceso de yin, como el azúcar, los dulces, el alcohol o las especias.
Por su parte, los alimentos yang son aquellos que se deben limitar pues son considerados secos, duros y cálidos ya que crecen en sitios secos y con mucha luz. Entre ellos, podemos encontrar los cereales integrales, pasta, legumbres… Y, como no, también hay alimentos que contienen exceso de yang como la carne, e café o los huevos.

Con todos estos principios claros, la macrobiótica propone lo siguiente: nos anima a seleccionar los alimentos naturales que consumimos según la estación del año y las necesidades de cada uno. De esta manera, eligiendo productos de origen natural, sin tóxicos, abonos, químicos i/o pesticidas, se considera que las personas aprenderemos a disfrutar y a degustar mucho más de las comidas.
Aunque como hemos dicho al principio, esta dieta es baja en vitaminas, minerales y proteínas por lo que si se decide empezar a comer bajo los principios de la macrobiótica, se debe tener asesoramiento profesional para asegurar que se aportan todos los nutrientes necesarios que el cuerpo necesita.

Des de siempre se ha dicho que las plantas contienen muchísimos beneficios. Y, aún más, los germinados, por estar en su fase inicial de crecimiento. En este momento del crecimiento, contienen unas cantidades más concentradas de nutrientes, por lo que se debe consumir menos cantidad de germinados en comparación con sus versiones maduras.
En algunas semillas podemos encontrar mayor contenido de vitaminas: hasta 20 veces más. Algunas incluso más. La vitamina B1, por ejemplo, aumenta un 285% cuando se germina; la B2 un 515% i la B3 un 256%.

Tienen también hasta 100 veces más de enzimas que sus versiones maduras como las frutas o los vegetales frescos. Cuando mezclamos las enzimas con otros alimentos, permiten al cuerpo extraer una mayor cantidad de vitaminas, minerales y otros nutrientes de los propios alimentos que se comen junto a los germinados. Está bien, pues, añadir algún tipo de semillas o frutos secos a nuestros platos.
Cuentan con un mayor contenido de ácidos grasos esenciales y fibra. Por lo tanto, son una solución perfecta para aquellas personas que no obtienen la fibra o las grasas saludables mínimas en su dieta para una salud óptima.

Los germinados tienen una mayor biodisponibilidad de minerales y proteína: es decir que, cuando las semillas empiezan a germinar, minerales como el calcio y el magnesio se unen a las proteínas de la semilla, ambos minerales y la proteína están disponibles para el cuerpo.
Estos no son los únicos beneficios de los brotes: durante el proceso de germinación obtenemos más proteínas y de mayor calidad. Éstos pueden ser pequeños, pero sin duda, están repletos de nutrientes cómo los que hemos visto anteriormente: vitaminas, minerales, antioxidantes y enzimas.

Por eso, es beneficioso usar germinados en las dietas. Aquí unos cuantos ejemplos de alimentos que, seguro, podéis añadir a vuestros platos:
– Alfalfa: contiene vitaminas A, B, C, D, E, F y K
– Semilla de Girasol: contiene grasas saludables, ácidos grasos esenciales y fibra
– Pastos de trigo: contiene vitamina B, C y E y muchos minerales
– Germinados de lentejas: contienen un 26% de proteínas
– Col de Bruselas: contiene el 24% de la cantidad diaria recomendada de vitamina K1 y casi el 130% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C

Con todo esto, podemos incrementar los beneficios de nuestra dieta y mejorar nuestra salud con solo complementar los platos con germinados varios.

Las vacaciones se han terminado y los niños deben volver al cole después de casi tres meses de vacaciones. Durante este período, seguramente han dedicado la mayoría del tiempo a actividades de ocio, dejando de lado los hábitos que tanto había costado establecer.
Pues bien, la Asociación Española de Pediatría (AEP) quiere facilitar a los padres la tarea estableciendo los diez hábitos saludables que los niños deben empezar a seguir con la vuelta al cole. Estos hábitos, que tienen que ver con la alimentación y el descanso, tienen el objetivo de combatir enfermedades como la obesidad, el sedentarismo o los virus varios.

El primero de los hábitos es desayunar en casa. Éste es la comida más importante del día y, tanto los niños como los mayores, deben hacerla sin prisas y sin ningún tipo de estés. Además, un buen desayuno permite mejorar el rendimiento académico y ayuda a mantener un peso adecuado. Entre los alimentos destacados deben incluirse la leche (o derivados lácticos), los cereales y la fruta fresca.

Otro hábito es tener en cuenta los menús de los comedores escolares a la hora de preparar la cena. De esta manera, conseguiremos que nuestros pequeños tengan una dieta variada y equilibrada.
En este sentido, la AEP recomienda reducir el consumo de sal: 3 gramos al día para los menores de 7 años, 4 gramos diarios para los niños de entre 7 y 10 años y unos 5 gramos para los adultos.

También es importante incluir un deporte en las actividades extraescolares dado que el ejercicio previene la aparición de enfermedades a la vez que mejora el rendimiento escolar y mejora el estado de ánimo de los niños. Ya sean deportes individuales o de grupo, una hora diaria de actividad física es lo recomendado.
En cuanto al deporte se refiere, es conveniente equipar a los niños de una manera correcta. Es importante tener en cuenta des de la indumentaria a los elementos de seguridad para evitar lesiones.
Además de las actividades deportivas, también se recomienda andar. Es decir, intentar que los niños hagan a pie todas las distancias que sean posibles. De esta manera, se fomentarán las actividades al aire libre limitando el tiempo de uso de elementos electrónicos como la televisión, los teléfonos o consolas de videojuegos.

Al cole los niños están constantemente en contacto. Por eso, es recomendable revisar el calendario de vacunación. De esta manera se evitaran enfermedades que se transmiten por contacto o por vías respiratorias, como la gastroenteritis, el resfriado o la conjuntivitis.
En este sentido, si el niño padece cualquier tipo de enfermedad cómo asma, diabetes, celiaquía alergia… es recomendable avisar a los profesores y facilitarles unas pautas de actuación.

También es importante tener en cuenta el transporte del material. Libros, libretas, estuches, carpetas… Todo ello tiene un peso y, muchas veces, no somos conscientes que un niño no puede cargarlo todo. Por eso, se recomienta usar mochilas con correas anchas y acolchadas o carritos con ruedas y que el peso total del material no supere el 10-15% del peso corporal del niño.

Finalmente, el sueño también debe tenerse en cuenta. Es recomendable dormir entre 9 y 11 horas, ya que el hecho que el cuerpo y la mente descanse favorece el aprendizaje, la asimilación de experiencias y el crecimiento.