Cuando el verano se acaba, nos damos cuenta que hemos cogido unos kilitos de más. Que si la paella, que si el helado, que si la cervecita… Y ahora es el momento en el que nos sentimos culpables y buscamos de cualquier forma deshacernos de ellos.

Pues bien, el Instituto Médico Europeo de la Obesidad ha avalado una dieta que permite adelgazar entre 3 y 5 kilos. Se trata de un plan de cuatro semanas que se basa en una dieta llevadera compatible con la vida laboral y social.
Este plan consta de tres fases diferenciadas. La primera de ellas, busca una pérdida de peso rápida. Durante una semana, deberemos dividir la semana con tres días depurativos (lunes, miércoles y viernes), dos días de régimen (martes y jueves) y un fin de semana pensado para lidiar con la vida social, pudiéndose comer de todo bajo las recomendaciones y las cantidades fijadas. En esta fase, se calcula que se puede llegar a perder unos 2 kg, dado que se consumen alimentos cómo el caldo, los cítricos y los garbanzos.

La segunda fase, por su parte, dura unas dos semanas. En ésta, hay tres días de régimen (lunes, miércoles y viernes), dos días depurativos (martes y jueves) y el fin de semana supone un descanso de la dieta con una alimentación variada y equilibrada. En esta fase, puede llegar a perderse hasta 3 kg, dado que se consumen alimentos como nueves, jamón ibérico, aceite de oliva, lentejas o yogur. Aunque estos son alimentos de lo más normales, la dieta también cuenta con cereales ricos en fibra y pescado azul.

La tercera y última de las fases, dura aproximadamente una semana y es la más importante de todas. Se centra en mantener el peso perdido, eliminando los días depurativos y ampliando la dieta con una serie de menús saludables y variados para toda la semana. Aunque no sea el objetivo, con esta fase se puede llegar a perder hasta 1kg. En esta fase se busca favorecer a la persona en todas sus vertientes, usando alimentos como el chocolate negro, las manzanas, o los frutos rojos.

Siguiendo los pasos de esta sencilla dieta, elaborando platos sanos y adecuados y haciendo un mínimo de ejercicio físico diario, en un mes seguro ves desaparecer que esos kilos de más del verano.

Durante toda la semana nos esforzamos para mantener nuestra dieta saludable y equilibrada, pero entonces llega el fin de semana y lo echamos todo a perder de forma que no conseguimos perder peso. Sigue nuestros consejos para conseguir el equilibrio perfecto entre salud y diversión.
La opción ideal sería seguir la teoría del 80/20, es decir, comer saludablemente durante el 80% de los días (que corresponde de lunes a viernes) y el 20% restante (sábados y domingos) puedes tomarte algún caprichito. El problema de esta teoría es que es bastante difícil de cumplir ya que solemos pasar los límites.

• Así que debemos tener la mentalidad de capricho, de forma que seamos conscientes que es algo puntual y no debemos abusar.

• Durante el fin de semana solemos realizar un brunch (que debería durar desde el desayuno tardío hasta la hora de la merienda) y nuestro error es comer mucho después.

• Otro consejo es no dormir demasiado, los fines de semana aprovechamos para dormir un poco más y eso, puede desestructurar nuestra rutina diaria de modo que nos saltamos el entrenamiento matinal y recurrimos a picoteos poco saludables.

• Aprovechamos los sábados y domingos para tomar postres en todas las comidas y eso supone tomar alrededor de 600 calorías más por comida. Por ese motivo, debemos controlarnos y tomar postre sólo un día, por ejemplo.

• Por otra parte, durante el fin de semana, aprovechamos para salir con unos amigos y, como consecuencia, bebiendo alcohol. Eso, no solo suma las calorías del propio alcohol sino que la resaca del día siguiente nos dificultará seguir nuestra rutina. Por eso, os recomendamos que reduzcáis al máximo vuestra ingesta de bebidas alcohólicas.

• El hecho de comer 5 veces al día, puede ser un problema para muchas ya que el tiempo nos pasa demasiado rápido por lo que no nos damos cuenta de la hora de comer y terminamos picoteando algo. Por eso, debemos estructurar bien nuestra dieta e intentar cumplirla.

• Los fines de semana solemos estar cansados o tener otros planes de por medio que nos distraen de ir al gimnasio pero, eso supone perder dos días de rutina. Además, hacer ejercicio nos aporta muchísimos beneficios como, por ejemplo, nos mejoran nuestro humor. Así que ya sabéis, toca encontrar un ratito para ir al gimnasio.

• Recuerda mantenerte hidratada y es importante tomar los dos litros diarios de agua, así que nunca te alejes de tu botellita.

• A menudo, los fines de semana olvidamos la importancia de las frutas y verduras que, junto con el cansancio, solemos apartar y sustituirlas por comida para llevar. Ese es un gran error que nos puede echar por la borda todo nuestro esfuerzo, así que durante la semana, debemos llenar nuestra nevera con comida saludable para evitar los posibles deslices.

Hay muchos trucos y truquillos para evitar la aparición o reducir la celulitis. Si quieres hacerlo de una forma fácil y sencilla, este es tu post. Siguiendo estos pequeños consejos, podrás dejar de pensar constantemente en qué es lo que debes hacer y a qué horas debes hacerlo.

¿Cómo se puede hacer? Es muy sencillo. Comiendo. Te proponemos un menú muy divertido y saludable que te ayudará a conseguir controlar la celulitis de una manera mucho más fácil.
Para desayunar, es recomendable tomar un desayuno lleno de vitaminas antioxidantes, fibra y grasos esenciales. Siguiendo esta premisa te proponemos este desayuno: antes de tomar cualquier alimento, es bueno beberse un vaso de agua tibia con limón y una cucharadita de miel. Una vez tenemos esto, puedes empezar por un tazón de macedonia bien fresquito que contenga frutas como el kiwi, la piña, fresas, mango o la naranja. ¡Acompañado por un yogur desnatado! Sigue el desayuno tomando un té verde con azúcar moreno, limón y unas hojitas de hierba buena. Y, finalmente, unas tostadas de pan integral o de cereales con aceite de oliva y una lonchita de jamón de pavo.

Para desayunar a media mañana te aconsejamos tomar un tentempié ligero: bien pueden ser frutos secos como las nueces, una rebanada de pan con queso fresco o un zumo de fruta natural.
Para muchos, la hora de comer es una de las comidas más importantes del día. Por eso te proponemos dos opciones: unos montaditos de berenjena y tomate y un flan salado de calabaza. ¡Recetas muy fáciles de encontrar y súper sencillas de hacer!

A media tarde volvemos a las infusiones. ¿Qué te parece un té rojo acompañado con galletas de avena? ¿O un kéfir con una rueda de piña? Son perfectos para quitar el hambre y disfrutar comiendo un tentempié.
Finalmente, a última hora del día, la cena. Siempre se ha recomendado que esta comida debe ser ligera. Por eso te proponemos cenar una crema de calabaza con revuelto de espárragos trigueros con un huevo y una manzana asada con canela. O bien, ¿qué tal una ensalada de canónigos, berros y rúcula con naranja, queso feta con vinagreta de frutos secos acompañado por una brocheta de rape con verduras?

Siguiendo este sencillo menú de día, verás cómo controlas la aparición de la celulitis. Con unos ingredientes sanos y saludables y unas cantidades de comida justas para tu organismo… ¡notarás el cambio!

 

Seguro que muchas veces habéis empezado alguna dieta que os asegura perder mucho peso en poco tiempo. Y la habréis dejado porqué os estabais muriendo de hambre o simplemente porque los efectos no surtían tan rápido como esperabais. Éstas se conocen como dietas milagro y han conseguido asentarse en una sociedad que prefiere los resultados rápidos y malos antes que un poco más lentos pero más eficaces.

Y es que este tipo de dietas pueden ser un peligro para la salud. Perder peso no es algo que pueda hacerse en un día aunque existan mil dietas que digan que pueden conseguirlo.
En este post os queremos dar algunas claves para desenmascarar los fraudes de estas dietas y qué pautas podéis coger para emprender un verdadero cambio de hábitos. Para ello, nos hemos basado en el libro «Adelgázame, miénteme» de Juan Revenga.

En primer lugar «Adelgazar es la consecuencia, no el objetivo». Perderemos peso si hacemos un cambio de hábitos en la vida que nos lleven a una vida sana y saludable no si seguimos la primera dieta que encontramos por Internet que jure hallazgos imposibles.

Un punto clave es incorporar una alimentación sana en nuestro día a día. Ésto implica tener una dieta variada, que incluya todo tipo de alimentos: frutas, verduras, carnes, peces, lácteos… Todos en una mesura prudente y sin excesos. Además, es importante también una buena disposición: no podemos tener una alimentación variada si no nos gustan las verduras, por ejemplo. O no tenemos una disposición suficiente a probarlas y a comerlas.

En este sentido, es importante que cada persona adapte su dieta a sus preferencias y a los pormenores del día a día. Es la dieta la que debe adaptarse a tus necesidades, no tu a las suyas. Es por eso que el secreto está en comer lo necesario, evitando aquellos alimentos superfluos que no aportan nada al organismo. Debemos descubrir cual es la cantidad de comida que nuestro cuerpo pide y no ingerir mucho más de lo que necesitamos realmente.

De la misma manera y, aunque parezca un tópico, debemos evitar productos grasos y manufracturados. Evitar tampoco significa eliminar por completo, por lo que, ¡algún día puedes permitirte un capricho!

En definitiva: para adelgazar no hay atajos. No hay fórmulas misteriosas ni dietas mágicas. Todo aquello que consigamos será con esfuerzo y dedicación. ¡Y ya veréis que bien sienta!

Un nuevo estudio desbanca una de las creencias médicas más arraigadas en la sociedad actual: la sal ya no causa una presión arterial alta.

Desde siempre, cuando una persona ha sufrido de presión arterial alta, uno de los primeros alimentos que se le ha retirado de la dieta ha sido la sal.

Hasta el momento los estudios siempre habían querido relacionar el consumo de sodio con el incremento de la presión arterial. Afirmaban que la sal incrementa el riesgo de padecer hipertensión arterial, a la par de saturar los riñones y provocar un mal funcionamiento de estos. Y hasta ahora, así ha sido.

Pero… ¿Qué pasa si hay algo más detrás de todo esto? Un nuevo estudio afirma, después de haber testado a casi 9000 personas, que el consumo de sal no se asocia con un aumento de la presión arterial.

No obstante, se deben controlar otros factores que afectan directamente a la hipertensión como la edad, que aumenta el riesgo de sufrir esta enfermedad con el paso de los años.

Según los médicos que han llevado a cabo el estudio, la relación entre la sal y la presión arterial ha sido, hasta ahora, exagerada y mucho más compleja de lo que se creía. De hecho, indican que con este estudio no han encontrado una relación directa y significativa entre ambas pero sí que constataron que personas hipertensas consumen mucha más sal que aquellas que no presentan hipertensión.

Teniendo en cuenta que la sal nos afecta a todos de una manera diferente, los investigadores destacan que hay otros factores que sí que parecen influir en el aumento de la presión arterial: el alcohol, la edad y un Índice de Masa Corporal por encima de lo recomendado.

Con todo esto, nunca sabremos cuál de las dos versiones es más acertada, pero os diremos que nunca es bueno hacer un uso excesivo de sal en nuestra dieta ya que puede causar otros problemas como retención de líquidos, accidentes cerebrovasculares o saturación de los riñones. Por eso, se debe limitar de nuestra dieta optando por otras opciones más sanas y naturales como las hierbas aromáticas o las especias, para dar un toque de sabor a los platos. En relación a la dieta, este mismo estudio constató que una dieta rica en frutas y verduras contribuye a mantener una tensión arterial más baja. Esto, juntamente con un estilo de vida saludable y reducir cualquier tipo de sobrepeso u obesidad, seguro prevendrá la hipertensión.

Ahora que llega el verano empezamos a prestar mucha más atención que el resto del año a nuestro cuerpo: peso y figura son los protagonistas. Por eso, en este post os dejamos algunos consejos útiles para adelgazar y perder esos quilos de más antes que llegue el verano.

A estas alturas, casi podemos contar los días para la llegada del verano y, con él, los días de playa, bikinis, pantalones cortos y sandalias. Es en este impas de tiempo cuando suelen empezarse las operaciones bikini.

Pero esto no es cuestión de horas o días. Para adelgazar realmente se requiere de un plan nutricional y alimenticio estricto que no ponga en riesgo a nuestra salud, además de fuerza de voluntad para realizar ejercicio físico constante.

Como pasos más importantes a seguir para adelgazar podemos mencionar, como acabamos de decir, una alimentación sana y equilibrada. Esto es fundamental no solo para perder peso, sino para gozar de una buena salud. Por ello, una dieta equilibrada que contenga frutas, verduras frescas, pescados, carnes blancas, hortalizas, legumbres y cereales, todo ello con moderación, será perfecto para desempeñar esta primera parte.

En relación a este punto, es importante evitar productos muy grasos o dulces ya que, además de ser altos en calorías son riquísimos en grasas trans y grasas saturadas. Aunque esto no significa que, de vez en cuando, te tomes un capricho.

Para acabar el tema de las comidas debemos añadir que no es bueno comer en exceso. Cada uno necesita una cantidad de energía concreta y, cada uno, debe comer aquello que necesita. En caso contrario, se consumen calorías de más que el cuerpo es incapaz de quemar y aumentamos de peso.

Una vez el cuerpo está habituado a comer bien y sano, el segundo paso es empezar a realizar ejercicio físico. Debemos escoger algo que nos guste, que nos motive y que podamos practicar de forma regular. Lo ideal es realizar deporte al menos tres veces por semana durante un mínimo de 30 minutos. Si no eres tanto de deportes como el fútbol, el tenis o las actividades fitness, puedes optar por caminar o correr en la calle. Sea lo que sea que elijas, ayudarás a tu cuerpo a quemar la grasa que no necesita.

Con todo esto y un poco de tiempo, bien seguro que conseguirás esa figura que deseas. Aunque ten cuidado, no te obsesiones con tu peso. Quiérete cómo eres y adelgaza para mejorar tu salud y sentirte bien.

Hay alimentos que son favorables para mantener una piel sana y jóven y, hay otros, que son mucho más malos de lo que imaginamos. Por eso, en este post os mencionamos algunos alimentos que debemos moderar en nuestra dieta.

El primero de ellos es la sal. Los riñones solamente eliminan unos cinco gramos de sal al día. Si consumimos más de esta cantidad, se acumulará en nuestro cuerpo produciendo severos daños en el organismo. Este exceso puede provocar bolsas en los ojos aportando un aspecto cansado y envejecido; puede provocar irritación y sequedad en los ojos; la caída del cabello; reseca la garganta y la nariz; puede producir sobrepeso y retención de líquidos así como erupciones.

A pesar de todas estas contra-prestaciones, no hace falta eliminar la sal completamente de la dieta ya que sigue siendo un mineral necesario para el cuerpo ya que ayuda a realizar procesos metabólicos fundamentales. Para dismunuir los efectos negativos de la sal, puedes seguir estos consejos: usa sal yodada, si puede ser gruesa, o sal tamari (elaborada 100% con soja), bebe mucha agua e intenta condimentar tus platos con sustitutos de la sal como hierbas aromáticas, cítricos, aceite de oliva…

De lo salado a lo dulce. El consumo de azúcar tampoco es muy recomendable para mantener una piel sana, aunque es necesario para obtener energía. Por eso se debe evitar comer comida procesada, comidas con muchos carbohidratos y almidón, golosinas y azúcar blanco. Sustitúyelo por alimentos con alto contenido en fibra, azúcar moreno o edulcorantes naturales como la miel o la estevia.

El tema del alcohol seguro que también lo habrás oído más de una vez. Para la piel es un producto que provoca inflamación y deshidratación. Con el consumo repetido de alcohol la piel se verá cada vez más apagada, flácida y inflexible. Como hemos dicho anteriormente, no se trata de eliminar el alcohol drásticamente de tu dieta, pero si evitar un consumo masivo.

Algo con lo que también se debe ir con cuidado son las grasas. Se deben evitar los alimentos envasados y procesados ya que contienen altas cantidades de grasas saturadas y azúcar. Para combatir con las grasas es necesario mantener la piel hidratada ya que desintoxica la piel y regula la producción de grasa.

Finalmente, el último alimento con el que debemos vigilar es la carne roja. Esta, contiene un alto nivel de grasas saturadas debido a la alimentación de los animales. En consecuencia, nos puede provocar desequilibrios hormonales que conducen al acné y a la inflamación de la piel. Con los productos lácteos, ocurre algo similar.

Estos son algunos alimentos que no favorecen a la piel. ¡Es por eso que te aconsejamos que los controles y que los consumas con moderación!

 

Una alta cantidad de grasa en la zona abdominal se suele denominar obesidad abdominal. Ésta se mide a través del perímetro y la concentración de grasa en esta zona.

Quienes padezcan cualquier tipo de obesidad deben estar alerta. Hay distintos grados y, por lo tanto, distintos riesgos distintos. El riesgo de la obesidad depende de la localización de la grasa y, la que se acumula en el abdomen, suele ser la que afecta más directamente al corazón.

El perímetro de la cintura, pues, es uno de los indicadores más fieles para detectar la aparición de este tipo de obesidad y de evitar posibles enfermedades.

En este sentido se debe tener cuidado. Muchos estudios han confirmado que la obesidad abdominal puede causar otros problemas de salud como la diabetes, el colesterol alto, un elevado nivel de triglicéridos en sangre, la presión arterial alta, intolerancia a la glucosa… Viene a ser la génesis del riesgo metabólico, es decir, primero se padece obesidad y, posteriormente, aparecen otras enfermedades.

En el peor de los casos, pueden aparecer problemas como la insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares, cáncer de colon, en el caso de los hombres o, en el peor de los casos, la muerte súbita.

Es por eso que, las personas con riesgo de padecerlo deben ir controlando su situación. Por ejemplo, deben tener cuidado que la medida del perímetro de la cintura no exceda de los 88 centímetros, si son mujeres, y 102 centímetros, si son hombres. Otra manera de medirlo es a través del Índice de Masa Corporal, el cual no debe superar los 25. Puede calcularse fácilmente dividiendo nuestro peso por nuestra la altura.

Bajar de peso es una tarea que requiere de un gran esfuerzo. De hecho, a veces, todo el esfuerzo que hacemos no se compensa con el resultado que obtenemos. Y es que hay pequeños errores que son capaces de poner en riesgo todo el proceso.

Para evitar esto, se pueden seguir unas simples reglas que permiten alcanzar el éxito de una manera mucho más llevadera y sin tanto sufrimiento. Las claves principales son: realizar un ejercicio moderado, vigilar aquello que comemos, leer bien las etiquetas de los productos que compramos y consumir con moderación ciertos alimentos.

Además de estas claves, te presentamos algunos consejos que te ayudarán a verte y a sentirte mejor.

En primer lugar, es aconsejable tomar mucha agua. De hecho, los expertos siempre han recomendado consumir unos dos litros de agua al día o, lo que es lo mismo, unos ocho vasos diarios. Al margen de esta recomendación general, debemos añadir que tomar agua produce una sensación de saciedad sin incorporar calorías, convirtiéndose un aliado para aquellas personas que combaten los quilos de más. En este sentido, hay estudios que afirman que el agua, además de saciarnos, ayuda a perder peso ya que implica un mayor gasto energético.

Además de beber agua, es importante caminar media hora al día. Esto ayuda a mantenerse en forma y, a la vez, es una buena costumbre para mantener una buena salud cardiovascular y un buen movimiento de las articulaciones.

Como hemos comentado, es importante consumir con moderación ciertos alimentos. Pues bien, uno de ellos es el alcohol. Y es que las bebidas espirituosas aportan una gran cantidad de «calorías vacías», es decir, que engordan sin nutrir. Esto es debido a que el alcohol aporta mucha energía de golpe que, al no ser quemada de inmediato, se almacena en forma de grasa. Al consumir alcohol, éste genera dependencia, por lo que es un poco más difícil moderarse en este aspecto.

Otro punto importante es el mantener un control de las comidas. Es recomendable comer un mínimo de seis veces al día, respetando los horarios que nos fijemos. Además de las cuatro comidas ya estipuladas (desayuno, comida, merienda y cena) debemos integrar dos comidas más entremedio, denominadas colaciones, que consisten en comer una pieza de fruta, yogur… Esto es debido que, al ingerir alimentos, el organismo se activa y gasta calorías. De esta manera estaremos prácticamente todo el día quemando calorías y nuestro metabolismo estará siempre activo.

También es importante reducir las cantidades de aquellos alimentos que engordan más. Es decir, al preparar nuestro plato es recomendable usar acompañamientos como caldos o ensaladas y reducir la porción del plato principal. Los nutricionistas, por ejemplo, usan este truco para reducir porciones de alimentos como la carne o la pasta. En este sentido, también debemos evitar acompañar las comidas con pan, ya que en muchas ocasiones aporta más calorías que el mismo plato principal. Otro elemento que debemos reducir es el aceite. El aceite en una mesura cauta es bueno para la salud ya que sus grasas son necesarias para que el organismo funcione, pero tampoco debemos abusar de el.

Siguiendo con el tema de las calorías, debemos tener cuidado a la hora de comprar productos. Es muy importante leer bien las etiquetas de los productos para reconocer cuáles son los verdaderos alimentos «light» que ayudan a mantener el peso y cuáles no. De hecho, hay muchos ingredientes categorizados como «light», entendidos como productos que no engordan, pero que realmente son simplemente un variante de lo normal. ¡Observar las calorías que lleva cada uno es esencial! Aunque, ¡cuidado! Es importante ver que lleva cada alimento pero evitar las dietas extremas, ya que ingerir menos de 800 calorías diarias es perjudicial para la salud.

Seguro que si sigues estos sencillos pasos notarás una mejora y lograrás descender de peso mucho más rápidamente.

Siempre hemos oído decir que la alimentación es uno de los puntos más importantes en nuestra vida. Y es que esta nos afecta en muchos ámbitos, como por ejemplo, en la salud o en el estado de ánimo. ¿Pero cómo conseguir una alimentación saludable? ¿Qué nos aporta?

Primero de todo, debemos tener claro que una alimentación saludable es aquella que nos aporta todos los nutrientes necesarios y la energía que necesitamos para mantenernos sanos.

Una persona que se alimenta correctamente tiene más oportunidades de vivir de una manera saludable, de desarrollarse plenamente en todos los ámbitos de la vida, de aprender y trabajar mejor, así como de ser menos propenso a ponerse enfermo.

Y es que una alimentación variada asegura la incorporación y el aprovechamiento de todos los nutrientes que necesitamos para crecer y vivir de una manera correcta y feliz. Por eso, es muy importante fijarnos en el tipo de alimentos que consumimos. Si podemos optar por alimentos ecológicos, sin conservantes ni colorantes, de KM0, cercanía o de temporada… ¡mucho mejor!

Todo esto, además de mejorar la calidad de vida de las personas, prevé el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes, enfermedades cardiovasculares y cerebro vasculares, hipertensión arterial, osteoporosis, infecciones, anemias e, incluso, algunos tipos de cáncer.

En este sentido, no debemos tomarnos la alimentación a la ligera. Para comer sano, se recomienda, sobretodo, distribuir los alimentos en tres comidas principales y dos colaciones (desayuno y merienda) moderando el tamaño de las porciones. Es también importante consumir dos piezas de fruta, fuera de las horas de comida y tres porciones de verduras al día: en la comida y en la cena es conveniente que la mitad del plato cuente con, al menos, una ración de verdura (puede ser de cualquier tipo y color) . Además, debemos incorporar a nuestros platos legumbres, cereales integrales, semillas y frutas secas . Disminuir el consumo de carnes rojas, no más de una vez a la semana y que las blancas no supere las tres raciones a la semana, en cambio podéis aumentar el consumo de pescado en 4 o 5 raciones semanales. También es importante eliminar el postre de la comida y de la cena. Otro aspecto a tener en cuenta, es la sal: podemos disminuir su uso remplazándola por perejil, albahaca, tomillo, romero o cualquier otro condimento que nos guste. Finalmente, para acabar con estos consejos es recomendable limitar el consumo de azúcar y de alcohol.

Siguiendo estos pequeños trucos y consejos, conseguirás tener una alimentación más que sana. Poco a poco, verás cómo, una vez tu sistema se haya adaptado, tanto tu cuerpo como tu mente se sentirán mucho mejor. Desde aquí, desde Yvettepons, os animamos a tener y disfrutar de una vida sana y feliz.