La cosmetica natural evita las substancias perjudiciales para nuestro organismo y procura incluir componentes que a medio plazo resturan el equilibrio natural de nuestro cabello ofreciendo como resultado un cabello sano, nutrido y radiante.

La mayoría de champús que se venden en establecimientos habituales, prometen con su marketing unos efectos concretos para cada producto. Tenemos los que eliminan el frizz, los altamente hidratantes, los que aseguran un brillo deslumbrante, y muchos otros que todas conocemos. Lo que no sabemos es que el uso habitual de este tipo de productos reducen la capacidad natural del organismo para lograr el equilibrio natural del cabello.

Por el contrario cuando decidimos pasarnos a la cosmética natural, concretamente al uso de champús sin ingredientes químicos, podemos llegar a convencernos de su acción nutritiva cuando a medio plazo los hemos estado usando con regularidad.

Insistimos con el concepto, a medio plazo, porqué las personas que no se han convencido de los beneficios de la cosmetica natural seguramente es porque no han tenido la suficiente paciencia como para observar los resultados al cabo de un tiempo. Nuestra sociedad nos lleva al concepto de lo inmediato y por tanto al lavarnos el pelo también esperamos que inmediatamente lo veamos como deseamos.

Con los productos convencionales nuestro deseo se cumple pero de forma parcial y simplemente visual ya que si que es verdad que nos queda el pelo brillante y suave pero vamos a descubrir que componentes son los que consiguen este efecto y como estos mismos componentes dañan nuestra salud capilar…

Como se logra el brillo: el pelo lo vemos brillante tras el lavado porque los componentes de origen mineral construyen una capa alrededor de cada cabello otorgándole brillo. Estos componentes son siliconas y derivados del petróleo cuyo nombre puedes leer en la lista de ingredientes de la mayoría de champús: «silicone», «mineral oil», «cera microcristalina», «paraffinum liquidum », «dimethicone»…

Todos ellos son grasas saturadas muy alejadas de la grasa natural de nuestro cabello. Otorgan brillo artificial pero a la larga no nutren el pelo ni lo protegen de los agentes externos, sino lo contrario.

Junto a los ingredientes mencionados, los champús convencionales contienen también la mayoría, conservantes sintéticos tan conocidos como los parabenos (empiezan por «methyl-», «ethyl-2», «propyl-» y «butyl-» y acaban en «paraben»).

Se han hecho estudios suficientes para comprobar científicamente que estos componentes pueden  llegar a la sangre y se almacenan en el tejido graso, produciendo  un efecto estrogénico disrubtivo (hormonal femenino).

Por todo ello son cada vez más las marcas de cosmética que se han apresurado en eliminar los parabenos de sus productos, pero no son ni de lejos todas las que deberían.

Los champús de cosmética natural o ecológica tienen una rigurosa normativa y evidentemente tienen muy claro que estos componentes tan agresivos para el organismo están totalmente prohibidos.

Por último cabe destacar también de los champús convencionales el efecto de la abundante espuma cuyos responsables son los detergentes tensioactivos sintéticos como el llamado lauril sulfato de sodio («Sodium laureth sulfate»), el cual puede producir irritación y alteraciones dermatológicas.

Pero te estarás preguntando…

¿Como actúa un champú natural?

Al no contener estas substancias que ofrecen resultados y sensaciones inmediatas su comportamiento con nuestro pelo en la ducha diaria es muy distinto.

Cuando lo aplicamos no tenemos tanta espuma ni al terminar notaremos un brillo especial, por lo menos en las primeras aplicaciones. Pero si que el hecho de que estén formulados con ingredientes naturales menos agresivos y seguros, nuestro pelo estará cuidado y evitaremos los daños habituales de los químicos como la sequedad y la irritación. Por ello lo recomiendan los dermatólogos cuando el cuero cabelludo sufre alguna afectación.

Mucha gente habla mal de ellos e incluso corren ciertos mitos falsos que los pueden desprestigiar. Pero la clave está en probarlo durante un tiempo suficiente para que empiece a actuar. En un primer momento irá eliminando los restos de los ingredientes químicos que hasta el momento han ido agrediendo nuestro cabello y para ello hace falta más de un lavado.

Con el tiempo podrás observar que tu cabello recupera la capacidad de regenerarse, lo notarás bien hidratado y con una apariencia saludable. Además los champús naturales son muy eficaces regulando la producción sebácea por lo que evitan el exceso de grasa o la sequedad.

Anímate a probarlo, lo notarás!!!

En la Navidad hemos cometido ciertos excesos con nuestra alimentación, debido a los diversos encuentros con familiares y amigos en los que la comida es el motivo de la reunión, comida que no es la que habitualmente  consumimos y que nos hace engordar varios quilos en muy poco tiempo. Si queremos deshacernos de estos quilos de más sin grandes esfuerzos, recuperando nuestra forma física habitual, tan solo deberemos seguir una serie de pautas y consejos que los nutricionistas recomiendan.

 

 

 

Seguiremos una alimentación equilibrada, contando con todos los grupos de alimentos pero dando prioridad a las frutas y verduras frescas, reduciendo de forma considerable las grasas, los azúcares y la sal. Procuraremos no olvidar ninguna de las cinco comidas del día, bebiendo un mínimo de 2 litros de agua cada día para ayudar a nuestro organismo a depurarse.

Hemos de tener en cuenta algo muy importante, la forma en que se pierde el peso es diferente en cada persona, algunos lo pierden a gran velocidad y otros necesitan más tiempo. Se dice que en general, es sano bajar medio kilo a la semana, si se baja de una forma más acelerada puede ser perjudicial ya que lo más probable es que se dé el conocido efecto rebote y se recupere el peso e incluso se suba más que al empezar la dieta.

 

¿Por dónde empezamos?

Intentaremos comer menos cantidad de alimento sin dejar de comer bien y cuidando mucho el que nuestra dieta incluya todos los grupos de alimentos.

Priorizaremos las verduras: intentando incluirlas en todos los platos principales en la comida y en la cena. Son alimentos bajos en calorías y en su composición predomina la fibra con lo que nos ayudan a saciarnos antes. Además son alimentos ricos en vitaminas y minerales. No olvidemos incluirlas cocinadas, si puede ser poco tiempo o al vapor, pero también crudas en ensaladas.

 

 

Podemos ser muy creativas con las ensaladas y elaborarlas con lechuga, germinados, tomates, cebolla fresca, zanahorias, semillas, frutos secos (con moderación), etc… evitando incluir alimentos más calóricos como el queso, el bacon, las salsas, etc.

Disminuiremos la cantidad de carne que consumimos a la semana, compensándolo con el pescado (blanco y azul) y las legumbres combinadas con el cereal, para lograr proteínas de alto valor nutricional evitando las grasas saturadas de las carnes rojas.

Podemos comer unas dos veces por semana carne blanca de pollo, pavo o conejo.

Entre horas procuraremos priorizar la fruta ante otros tipos de snacks elaborados. Si evitamos comer fruta después de las comidas y la dejamos para picar a media mañana y a media tarde, nos ayudará a comer menos alimentos calóricos y a bajar de peso de forma saludable.

Debemos moderar el consumo de cereales y procurar que sean siempre integrales. Como postre en algunas comidas podemos tomar yogures desnatados o frutos secos (con moderación) para calmar la necesidad de tomar dulces o alimentos que con los que nos excederemos en calorías.

Beberemos agua durante el día junto con zumos de frutas naturales e infusiones para mantenernos hidratados y favorecer el tránsito intestinal, factor clave para poder adelgazar.

 

¿Qué debemos evitar?

A veces con el objetivo de adelgazar más rápido caemos en errores comunes como el ayunar, saltarnos comidas, reducir radicalmente el consumo de un grupo de alimentos, etc… conductas que nos perjudican en gran medida provocando:

  • Alteraciones del metabolismo
  • Mayor sensación de apetito
  • Desequilibrios nutricionales, que pueden poner en riesgo nuestra salud

Sería muy conveniente  que este tipo de alimentación que proponemos para compensar los excesos, basada en la alimentación mediterránea, sea normalizada para que se pueda seguir de forma habitual, adquiriendo de esta manera una alimentación saludable y respetuosa con las necesidades de cada persona. Por ello es bueno si se tienen dudas, acudir a un especialista en nutrición, para que programe unas pautas concretas adaptadas a cada necesidad asegurando un correcto aporte de nutrientes, logrando que la persona se sienta cómoda y disfrute comiendo aquellos alimentos que le ayudarán a mantener la salud y la buena forma física.

La naturaleza y la cosmética siempre han ido ligadas. Ya sea por las propiedades naturales que tienen algunas plantas o flores, por los aromas o por las texturas, en el mercado podemos encontrar múltiples productos que contienen elementos naturales.

Para cuidar el cuerpo y dar vida a los sentidos, hoy queremos presentaros algunos de los aromas y algunas de las propiedades que podemos encontrar en la cosmética.

Las rosas, por ejemplo. Llevan siendo una de las flores más comunes en el ámbito de la cosmética. Ya la mitología griega nos dice que se trata de una flor de los dioses asociada con la feminidad y lo místico. De hecho, cuando compramos una colonia o una crema que contiene rosas, la encontramos refrescante, depurativa e, incluso, antiinflamatoria. El aceite esencial de las rosas, además, se recomienda para prevenir arrugas y su fragancia es un bálsamo para reducir la angustia y el desaliento. Podemos encontrar jabones, aguas, cremas, colonias geles de baño y perfumes que contengan rosa.
La lavanda es también una flor muy usada. Con sabor a tardes de siesta y noches de sosiego, la lavanda es la flor del descanso por excelencia: ayudando a promover el descanso y a aliviar los nervios con su aroma. Otra de las características de la lavanda es su capacidad de regeneración dermatológica, usándose con fines terapéuticos en la piel, sobretodo en quemaduras y alergias. Podemos encontrar cremas, jabones y aceites aromáticos que contengan lavanda.

Tampoco queremos olvidarnos de la flor de loto y la pasiflora. La primera, ha sido uno de los grandes descubrimientos de la cosmética occidental por sus cualidades milenarias. Entre otras, retarda el envejecimiento de la piel, reduce inflamaciones y produce un efecto calmante y descongestivo en la piel ya que es muy rica en sales minerales, oligoelementos y aceites esenciales. La segunda, por su parte, tiene muchas propiedades medicinales, entre otras, calma el nerviosismo y la tensión. Podemos encontrar aguas, cremas y mascarillas que contengan flor de loto o pasiflora.
El jazmín, el nardo y la flor de cerezo son flores bastante recurrentes. Sensuales y afrodisíacas son flores que se usan para estimular el arte de la seducción. El jazmín y el nardo, por ejemplo, tienen propiedades suavizantes para la piel. La flor de cerezo, por su parte, contiene propiedades aromáticas únicas. Podemos encontrar geles de baño, jabones y perfumes que contengan estas flores.

Finalmente, queremos hablaros del romero, el cacao y el jengibre. El primero, es una planta aromática conocida por sus propiedades estimulantes y diuréticas. El cacao, por su parte, es uno de los componentes que más se usan en la cosmética corporal dadas sus cualidades terapéuticas y curativas. El jengibre es un estimulador del estómago. Podemos encontrar sales de baño y jabones que contengan estas plantas.

 

Desde hace años oímos hablar del cambio climático: cada vez más, debido a las acciones humanas, el mundo está cambiando a marchas forzadas. Animales en peligro de extinción, terremotos, volcanes en erupción, agujeros en la capa de ozono…

Todo esto, además de repercutir en el entorno que nos rodea, afecta también a la salud de las personas. Podemos notarlo en un aumento de enfermedades, infecciones, malnutrición y, en muchos casos, hasta la muerte.

Los factores que más determinan la relación entre la salud y el cambio climático son, por ejemplo, la variación del clima, que da lugar a una menor calidad de recursos como el agua o los suelos; el aumento de las temperaturas, que favorece la reproducción de insectos que propagan enfermedades como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla así como agravar ciertas enfermedades cardiovasculares o respiratorias; el incremento de catástrofes naturales causando la muerte de muchísimas personas y dañando las estructuras en las que vivimos; la desertización y las sequías, que reducen el campo de tierra cultivable y dificultan el acceso a fuentes de agua potable y el deshielo de los glaciares, que eleva los mares y océanos provocando inundaciones.

Con todo esto, es muy probable que incrementen nuestros problemas de salud. Por ejemplo, con los golpes de calor se agravaran nuestros problemas respiratorios o cardiovasculares; con la contaminación aparecerán cada vez más enfermedades cardiorespiratorias; con la humedad y las nuevas temperaturas las infecciones se propagarán mucho más rápido y con las radiaciones solares y la luz ultravioleta irán apareciendo cada vez más problemas oculares y cutáneos.

Para protegernos de todos estos efectos negativos que provoca el cambio climático se han propuesto medidas como ampliar el uso de las energías renovables, expandir las ciudades de manera sostenible, intentar mantener un consumo respetuoso con el medio ambiente, endurecer las políticas de reciclaje y mejorar la eficiencia a la hora de producir.

Por lo tanto, empezar a cuidar del medio ambiente no beneficiará solo a las generaciones venideras sino que estaremos contribuyendo a mejorar, aunque solo sea un poco, nuestra salud.

Las enfermedades cardiovasculares son patologías que, aunque son fácilmente prevenibles, son una de las primeras causas de mortalidad en el mundo. Son enfermedades que son difícilmente detectables dado que no producen síntomas hasta el último momento, cuándo se produce un infarto o una angina de pecho.

Además de aspectos como la edad, el sexo o la herencia genética existen otros riesgos para la salud cardiovascular que sí que podemos evitar. Por ello, en este post te presentamos diez trucos que puede seguir para favorecer la salud de tu corazón.

En primer lugar, es muy importante practicar ejercicio físico todos los días. Y es que el ejercicio se asocia a la reducción en la frecuencia y en la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares. El ejercicio, por un lado ayuda a mejorar el funcionamiento del sistema cardiorespiratorio y, por el otro, ayuda al estado psicológico, contribuyendo a controlar el estrés y aumentar el bienestar mental.

Seguir una dieta sana y equilibrada es también muy importante ya que ayuda a disminuir factores como el colesterol, la hipertensión o el exceso de peso. Para ayudar al corazón se debe incorporar a la dieta las frutas, las verduras, los cereales, carnes magras y pescado, así como es recomendable reducir el consumo de grasa, colesterol, sal y alcohol.

En este sentido, está demostrado que el abuso de alcohol es perjudicial para la salud. Por eso, se debe limitar el consumo de alcohol y limitarlo a un vaso de vino tinto para acompañar las comidas.

Para aquellos acostumbrados a fumar, tenemos malas noticias ya que el tabaco es uno de los principales problemas a la hora de la aparición de enfermedades cardiovasculares. Este hábito puede ser muy difícil de abandonar dado que es necesario una clara voluntad de dejarlo y un bien asesoramiento médico-psicológico.

Otro truco importante es mantener un peso óptimo. Algunos estudios han llegado a la conclusión que la obesidad agrava los problemas cardíacos dado al sobreesfuerzo al que se somete al corazón.

También es ayuda a prevenir la aparición de enfermedades del corazón el realizar actividades placenteras para eliminar el estrés. Es más probable padecer ataques cardíacos en momentos de estrés dado que el corazón se acelera y aumenta la presión arterial. Por eso, es muy importante disfrutar del tiempo libre y desconectar del estrés que nos provoca el día a día.

Aquellas personas que sufran de diabetes, deben controlar estrictamente el azúcar para evitar un deterioro de las arterias. Además, existen otros factores de riesgo cardiovascular asociados a la diabetes como la obesidad y la hipertensión arterial. Todo esto hace que sea necesario controlar periódicamente el azúcar.

En este sentido es muy importante también controlar la tensión arterial. Ésta viene asociada a la insuficiencia cardiaca o el infarto. Por ello, es importante ir regularmente al médico para controlar las cifras y seguir una serie de medidas en caso que éstas sean elevadas.

Siguiendo con estas enfermedades, también debemos mantener el colesterol a raya. Está demostrado que aquellos que tienen un nivel alto de colesterol tienen mucho más riesgo de sufrir un infarto. Para prevenirlo es tan simple cómo comer de forma saludable, controlar el peso y realizar ejercicio físico.

Cómo último truco, podemos decir que se deben realizar revisiones médicas de forma periódica. Es importante sobre todo en personas con antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, hipertensión, colesterol, diabetes u obesidad. Además, la realización de analíticas y exploraciones puede ser crucial para detectar enfermedades cardiovasculares cuando todavía no se han manifestado.

Llegados al siglo XXI, los avances en medicina estética son cada vez mayores a la vez que sus resultados consiguen una mayor eficacia. Y es que al mirarnos , siempre encontramos pequeñas imperfecciones en nuestro cuerpo y rostro. Esto nos puede llevar a querer probar algunos tratamientos para que no se note el paso de los años en nuestra piel.

Uno de los tratamientos que últimamente está de moda es el láser. Hasta hace poco, este procedimiento requería un largo periodo de recuperación e iba en contra de las necesidades de los pacientes. Ahora, esta técnica ha conseguido tener resultados inmediatos, reales y sin afectación alguna a la vida cotidiana gracias a los láseres fraccionados no ablativos. Éstos, combinan dos longitudes de onda, 1540nm y 980 nm, adaptándose perfectamente a las necesidades de cada persona. Además, reduce notablemente la aparición de manchas y arrugas, produciendo en tan solo 3 sesiones un notable rejuvenecimiento cutáneo.

Otro tratamiento en alza es la llamada radiofrecuencia. Esta tecnología realiza microimpactos térmicos sobre la superficie cutánea sin producir alteraciones en la piel y consigue unos resultados satisfactorios en diferentes ámbitos como el rejuvenecimiento facial, los poros dilatados, cicatrices de acné o varicela, manchas, alteraciones de tono o queloides. En definitiva, este tratamiento es perfecto si se quiere tratar la flacidez cutánea.

Para acabar, no nos podemos olvidar del colágeno oral. Ahora muy usado por las celebrities, este complemento nutricional de origen natural se usa des de los años 90 por su probada efectividad. Y es que con la edad, el colágeno y la elastina de la piel pierden elasticidad y empiezan a aparecer las tan odiadas arrugas. Por ello, a medida que nos hacemos mayores, es aconsejable aumentar los complementos nutritivos que ayuden a la prevención o al control de los signos de envejecimiento. Por eso, este tipo de colágeno es perfecto, pues se ingiere con dosis diarias de 10 gramos que, a las doce horas, ya han sido digeridos en un 95% por nuestro cuerpo, a diferencia de los tratamientos por vía tópica, que a veces no son absorbidos correctamente. De esta manera permite compensar los efectos del envejecimiento, aportando elasticidad y resistencia a los tejidos de la piel.

Los efectos empiezan a apreciarse a partir del tercer mes viendo cómo reduce y retrasa la aparición de arrugas, nutre protege y regenera los tejidos y, a la vez, reduce el dolor articular. Este tipo de colágeno, además, en situaciones de control de sobrepeso, postparto o hipercolestrolemias ayuda a prevenir artrosis, osteoporosis o el envejecimiento cutáneo que se produce, por ejemplo, tras la pérdida de peso o debido al embarazo.

 

Siempre hemos oído decir que la alimentación es uno de los puntos más importantes en nuestra vida. Y es que esta nos afecta en muchos ámbitos, como por ejemplo, en la salud o en el estado de ánimo. ¿Pero cómo conseguir una alimentación saludable? ¿Qué nos aporta?

Primero de todo, debemos tener claro que una alimentación saludable es aquella que nos aporta todos los nutrientes necesarios y la energía que necesitamos para mantenernos sanos.

Una persona que se alimenta correctamente tiene más oportunidades de vivir de una manera saludable, de desarrollarse plenamente en todos los ámbitos de la vida, de aprender y trabajar mejor, así como de ser menos propenso a ponerse enfermo.

Y es que una alimentación variada asegura la incorporación y el aprovechamiento de todos los nutrientes que necesitamos para crecer y vivir de una manera correcta y feliz. Por eso, es muy importante fijarnos en el tipo de alimentos que consumimos. Si podemos optar por alimentos ecológicos, sin conservantes ni colorantes, de KM0, cercanía o de temporada… ¡mucho mejor!

Todo esto, además de mejorar la calidad de vida de las personas, prevé el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes, enfermedades cardiovasculares y cerebro vasculares, hipertensión arterial, osteoporosis, infecciones, anemias e, incluso, algunos tipos de cáncer.

En este sentido, no debemos tomarnos la alimentación a la ligera. Para comer sano, se recomienda, sobretodo, distribuir los alimentos en tres comidas principales y dos colaciones (desayuno y merienda) moderando el tamaño de las porciones. Es también importante consumir dos piezas de fruta, fuera de las horas de comida y tres porciones de verduras al día: en la comida y en la cena es conveniente que la mitad del plato cuente con, al menos, una ración de verdura (puede ser de cualquier tipo y color) . Además, debemos incorporar a nuestros platos legumbres, cereales integrales, semillas y frutas secas . Disminuir el consumo de carnes rojas, no más de una vez a la semana y que las blancas no supere las tres raciones a la semana, en cambio podéis aumentar el consumo de pescado en 4 o 5 raciones semanales. También es importante eliminar el postre de la comida y de la cena. Otro aspecto a tener en cuenta, es la sal: podemos disminuir su uso remplazándola por perejil, albahaca, tomillo, romero o cualquier otro condimento que nos guste. Finalmente, para acabar con estos consejos es recomendable limitar el consumo de azúcar y de alcohol.

Siguiendo estos pequeños trucos y consejos, conseguirás tener una alimentación más que sana. Poco a poco, verás cómo, una vez tu sistema se haya adaptado, tanto tu cuerpo como tu mente se sentirán mucho mejor. Desde aquí, desde Yvettepons, os animamos a tener y disfrutar de una vida sana y feliz.

Hay un dicho que dice: la primavera la sangre altera. Y cuánta razón tenía quién lo dijo. Y es que en esta estación del año, nuestras hormonas cambian, se alteran y esto hace que de verdad nos revolucionemos.

Tendemos a tener más energía y a estar más contentos. ¡Pero ojo! Por este motivo el organismo puede llegar a resentirse y debemos tener muy claro qué cosas podemos hacer para cuidar nuestra salud en primavera.

En primer lugar, debemos seguir una alimentación sana. Para ello, debemos incluir en nuestra dieta frutas variadas y verduras de temporada. Éstas nos aportarán todos los nutrientes necesarios para disfrutar de una buena salud en esta época del año.

Con la llegada del buen tiempo, no debemos olvidar de hacer ejercicio. Si es en el gimnasio ya hará efecto, pero no hay nada mejor que hacer deporte mientras se puede disfrutar de estos largos días de sol. En este último caso… ¡no olvides la crema solar!

Este consejo lo habrás oído mil veces. Es importante siempre, pero más en primavera. ¡Beber agua! Un mínimo de dos litros de agua al día y, en caso de seguir el consejo anterior, puedes llegar a los tres o cuatro litros diarios.

Otro punto importante es mantener una vida sana. Es decir, dejar de lado hábitos malsanos como el tabaco o el alcohol. En exceso éste es malísimo, ahora bien, una copa de vino al día, sobre todo durante las comidas, es ideal para prevenir enfermedades cardiovasculares. Si tienes algún problema de hígado, por ejemplo, evita esta opción.

Siguiendo el tema de la vida sana y el deporte, plantéate practicar algún tipo de relajación o meditación con clases de yoga o Pilates. De esta manera disfrutarás cada día de una vida tranquila y relajada.

Además, si a esto le sumas un aumento de organización, ya sea personal o laboral, te será más fácil evitar el estrés o la ansiedad que provoca el día a día.

El último consejo para que tengas tu salud a tope durante toda la primavera es tomar un suplemento vitamínico que te pueda dar todas las fuerzas que necesites… ¡para hacer todo y más!

¿Cuántas veces hemos dicho que haríamos algo y, a día de hoy, aún no hemos empezado? Es muy difícil introducir nuevos hábitos o rutinas en nuestra vida si realmente no estamos convencidos de ello. Además, muchas veces lo intentamos pero la fuerza de voluntad se desvanece en un par de días.

Debemos tener claro que los hábitos que tenemos en un determinado momento definen, en gran medida, los resultados que obtenemos en la vida. Es por eso que debemos tener claro qué hacer para que nuestros propósitos se conviertan en hábitos reales.

Uno de los puntos más importantes se encuentra en no olvidarnos que, para llegar a la cima de la montaña, primero tenemos que pararnos y hacer varias escalas para disfrutar del camino, respirar aire puro y gozar de los paisajes.

Cómo dicen, lo más importante no es la meta sino el camino. Para emprender este camino deberemos tomar una decisión y dar el primer paso para, así, empezar a cambiar nuestras vidas. Para que lo tengáis un poco más fácil, aquí os presentamos un decálogo indispensable que os ayudará a crear nuevos hábitos:

  1. Cuando una persona repite constantemente un comportamiento, genera un hábito. Éste, acabará convirtiéndose en una actividad voluntaria, consciente y repetitiva que, al final, la haremos de forma mecánica.
  2. Esta mecanicidad hará que sólo te des cuenta que existen en el momento en que quieras modificarlos y esto te suponga un esfuerzo.
  3. Los hábitos, deben adquirirse sin ningún esfuerzo y en un periodo de tiempo determinado. Esto se conseguirá si nos guiamos por las emociones y pensamientos positivos y los repetimos conscientemente. De esta manera, nos condicionaran el sistema creando salud y felicidad de manera automática.
  4. Si queremos empezar a crear salud, temeos que canalizar nuestra mente inconsciente a través del hábito. Los hábitos sanos tienen un valor incalculable y una fuerza indudable para adquirir salud. Siempre y cuando los adquiramos gradualmente y de manera consistente, sin cultivar hábitos con los que no nos sintamos cómodos.
  5. En cada hábito la mente y el cuerpo trabajan juntos. La mente tiene la tarea de conducir el acto y el cuerpo lo sigue cuál compañero silencioso.
  6. El automatismo está ligado con el subconsciente ya que, al fin, diariamente realizamos múltiples acciones de manera simultánea como caminar, hablar, escuchar o trabajar.
  7. Esta inconsciencia de realizar ciertas actividades se suele canalizar a través de la repetición, la sugestión, la intención o la atención. Cambios en esta última pueden cambiar la forma que tenemos de percibir el mundo.
  8. Es importante generar nuevas situaciones que nos planteen desafíos y encontrar soluciones alternativas a aquellas situaciones que se nos presentaban como estresantes.

Por lo tanto sólo tenemos dos opciones: caminar activamente para lograr nuestras metas o quedarnos estancados y justificar el fracaso. En la primera, eres el protagonista de tu vida. En la segunda, eres una víctima.

Cuando pensamos en lociones, cremas, geles o productos similares, los solemos asociar al cuidado femenino. Desde siempre, las mujeres han tenido mucho más en cuenta su aspecto y su apariencia física que los hombres.

Esta afirmación, con los años ha dejado de ser cierta. Hemos llegado un punto en el que los hombres se cuidan igual o más que las mujeres. De hecho, el cuidado masculino ahora está de moda. Es tendencia. Ocho de cada diez hombres dedican tiempo a su cuidado personal, llegando éste a convertirse en un hábito diario que está a la alza.

En este sentido, los números hablan por ellos mismos poniendo de manifiesto un cambio cultural significativo. A pesar que el mercado de la cosmética masculina es insignificante al lado del femenino, en los últimos 5 años las ventas han aumentado entre un 20% y un 25%. Entre los productos estrella se encuentran la loción para después del afeitado, las cremas para el rostro y los geles de ducha.

Que se cuidan es un hecho. Y además lo confiesan. Los hombres de hoy en día son auténticos y transparentes: usan productos cosméticos, cremas y lociones y no tienen ningún problema en reconocerlo, alejándose poco a poco de los tabús punitivos impuestos por la sociedad hasta ahora. Según una encuesta realizada a hombres de entre 25 y 59 años por Biotherm Homme (Grupo L’Oreal), se descubrió que un 63% de los hombres entrevistados reconocía ser usuario de productos de belleza, mientras que un 80% reconocía que le dedica habitualmente tiempo a su cuidado personal.

Desmontando mitos, esta encuesta desvela también que casi un 90% de los hombres compran sus propios cosméticos porqué les gusta estar informados sobre las propiedades y las características de los productos, elegirlos por ellos mismos y evaluar las distintas opciones que el mercado ofrece.

Estamos pues, delante de un cambio de paradigma. Los hombres ya no tienen miedo de admitir que usan cosméticos y han dejado de cargar con el típico prejuicio de ser menos hombres por pasar parte de su tiempo preocupándose por su aspecto.

Según estos datos, pues, el hombre de hoy es auténtico, positivo, solidario y se preocupa por su cuidado personal. Esta última, no pasa a ser su prioridad número uno pero pasa a ocupar un papel importante en su vida ya que considera que si está bien consigo mismo, también estará bien con los demás.