La piel es un reflejo de nuestra salud. Todo lo que pasa en nuestra piel está estrechamente vinculado con otras partes de nuestro cuerpo. La dermis de nuestro rostro está unida a la musculatura de dicha zona y esta está directamente adherida al sistema óseo del cráneo.  

El proceso de envejecimiento es único en cada persona, influido por factores internos, emocionales y externos. Hay muchos factores que escapan de nuestro control, como la genética o la polución, pero hay otros que juegan un papel igual de importante y que está en nuestras manos poder controlar. Ser conscientes de las principales causas del envejecimiento facial prematuro, nos permiten prevenirlo y cuidar nuestra piel

  • Alimentación: la alimentación es esencial para todas nuestras funciones corporales, para combatir las enfermedades y preservar la salud. De este modo, también juega un papel fundamental para la piel, el mayor órgano de nuestro cuerpo, y el proceso de envejecimiento, ya que esta utiliza los nutrientes que recibe para protegerse, recuperarse y renovarse. Si cuidamos nuestra alimentación, con una dieta sana y equilibrada, que favorezca el colágeno y la elastina, nuestra piel lucirá más sana y prevendremos el envejecimiento. Por último, también es crucial mantenernos hidratados, ya que el agua aporta turgencia a la piel y desintoxica el organismo. Tal y como dijo Hipócrates, padre de la medicina, “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.
  • Tabaco: todavía existe cierto desconocimiento social sobre los afectos adversos que puede provocar en nuestra piel. A largo plazo, el hábito de fumar puede producir fácilmente una vasoconstricción periférica, un estrechamiento de los vasos sanguíneos que afecta a la correcta vascularización de la piel. Esto provoca que, cuando no llega una correcta irrigación sanguínea a la dermis, esta no recibe el oxígeno suficiente, de modo que la piel pierde mucha vitalidad, no se encuentra lo bastante nutrida y los procesos de renovación del colágeno resultan altamente afectados.
  • Alcohol: el consumo del alcohol debilita las funciones de desintoxicación del hígado o pulmones. Cuando bebemos alcohol, igual que en el consumo de tabaco, el nivel de oxígeno en sangre se reduce, afectando la producción de colágeno y repercutiendo en su elasticidad y firmeza.
  • Exposición solar: otro de los factores que envejecen nuestra piel de forma prematura es el exceso de sol sin protección, causante del fotoenvejecimiento. La excesiva exposición solar puede empeorar el aspecto y la salud de nuestra piel. Los rayos UV actúan sobre las fibras de elastina, provocando flacidez y fragilidad. Debemos tener especial precaución y protegernos debidamente para minimizar los efectos del envejecimiento prematuro causado por este tipo de radiaciones.
  • Descanso: la falta de descanso hace que perdamos la oportunidad de regenerar nuestros tejidos de forma natural. Normalmente cuando no se consigue descansar bien se produce un aumento de cortisol, la hormona del estrés, durante el día. Esta hormona es altamente perjudicial para todo el organismo e inhibe la producción del colágeno.

Si nos cuidamos por dentro, adoptando hábitos saludables y buscando el equilibrio, mediante una alimentación equilibrada, beber agua, evitar el tabaco o el alcohol, tomar el sol con precaución, descansar correctamente y realizar ejercicio físico de forma moderada, nuestra piel lucirá más joven, sana y bella. Al mismo tiempo, también es necesario:

  • Seguir una correcta rutina de belleza facial. Es de vital importancia limpiar e hidratar la piel mañana y noche, con los productos idóneos para las necesidades de cada piel, recomendados por un profesional. Si no sabes cuáles son los productos ideales para ti, en el Institut Yvette Pons te asesoramos. 
  • Exfoliar la piel en casa, cada una o dos semanas, según el caso particular, para limpiar en profundidad la epidermis, eliminar las células muertas y conseguir una correcta renovación celular de la dermis. Es muy importante que la exfoliación sea efectiva, pero no agresiva, para no arrastrar también las células vivas.
  • Proteger la piel a diario y durante todo el año, sin excepción, con la protección solar adecuada. Hay que tener en cuenta que el sol nos afecta todo el año, con mayor o menor intensidad, sobre todo en las partes más sensibles de nuestro cuerpo: rostro, manos y brazos. Por ello, es de vital importancia incorporar la protección solar en nuestra rutina de belleza diaria.
  • Cuidarnos en nuestro salón de belleza, siempre en manos de profesionales cualificados. En el Institut Yvette Pons estaremos encantadas de mimarte. 

Por último, recomiendo mi terapia de lifting manual SULYFTH®, para tratar y prevenir el envejecimiento. Una terapia que actúa directamente sobre toda la estructura anatómica y fisiológica que con los años va debilitándose y menguando, no tan solo por la edad cronológica de cada persona, sino también por factores internos, emocionales y externos que aceleran y desgastan las células prematuramente. Mi técnica personal ataca de raíz los signos visibles del envejecimiento facial y también las causas funcionales y los factores que provocan estos cambios: el sistema circulatorio, linfático, nervioso, orgánico, celular y energético.

Aunque los resultados se aprecian desde la primera sesión, recomiendo entre 6 y 12 sesiones, una por semana. Y tras la terapia, un mantenimiento de 1 sesión cada 4 semanas. Por último, una vez al año, es recomendable realizar 4 sesiones seguidas y semanales. 

Si quieres ponerte en contacto con el Institut, estaremos encantadas de atenderte. 

¡Feliz fin de semana!

A muy pocos días del inicio de las celebraciones, los encuentros familiares y de amigos, muchas veces nos hacemos una pregunta:
¿Podré mantener mis hábitos de alimentación saludable?

Esta estación que acabamos de inaugurar nos permite entrar en un tiempo de recogimiento y de acomodación a los cambios de temperatura.
Son muchos los dermatólogos que nos sugieren una serie de cuidados específicos para la piel durante los meses que dura el otoño.

Como ya hemos comentado con anterioridad, nuestra alimentación repercute directamente en nuestra salud y también, consecuentemente, en nuestro aspecto exterior.
Las vitaminas son grandes aliadas que nos ayudan a mantener nuestra piel tersa, suave y nutrida.

Para muchas de nosotras las vacaciones ya han terminado y el poder tomar el sol, mientras nos relajamos en la playa o en la piscina, queda en un segundo plano tras nuestras obligaciones.

Ya sabemos que nuestras manos son realmente importantes en cualquier interacción social. Nos permiten el contacto y dicen mucho de nosotras.
Por tanto, a pesar de cuidar la piel e hidratar en profundidad nuestras manos, también deberíamos tener una serie de rutinas especiales para cuidar nuestras uñas.

Todas sabemos que el verano y nuestras actividades durante esta época del año, afectan no sólo a nuestra piel sino también a nuestro pelo.
El cloro de las piscinas, el sol, la sal del mar… Agentes externos que debilitan y decoloran las fibras capilares.

El verano que tenemos ya tan cerca nos trae momentos agradables de baños en la playa, la piscina, paseos por la orilla y el merecido descanso y desconexión que tanto deseamos. El sol va a estar presente en todos estos momentos y su efecto en nuestro organismo es altamente positivo por el aumenmto de la vitamina D.

Conocemos todos la relación entre obesidad y el riesgo de sufrir ciertas enfermedades como la diabetes o los problemas cardiovasculares. Muchos nutricionistas y endocrinos se encargan de recordarnos lo importante que es prevenir, evitando la obesidad, manteniendo una dieta y unos hábitos saludables.

Con el cambio de estación cada año sufrimos una serie de cambios en nuestro cabello que le afectan e influyen directamente en la caída.