En estética y salud son muchas las plantas utilizadas por sus múltiples beneficios y propiedades. Originaria del sud de Europa, la caléndula ya se ha extendido por todo el mundo y en este breve artículo os vamos a comentar las ventajas de usar esta maravillosa planta en favor de nuestra piel.

Uno de los beneficios primordiales de la caléndula es la capacidad de estimular la regeneración y la cicatrización de los tejidos dérmicos, aliviando incluso los síntomas más molestos de las quemaduras de carácter leve, como podrían ser las quemaduras provocadas por el sol.

Su composición y una correcta aplicación, pueden llegar a favorecer la producción natural de colágeno, contribuyendo a mantener nuestra piel bien hidratada y elástica. Por ello, precisamente, se utiliza en múltiples ocasiones en tratamientos contra el acné, la dermatitis o la psoriasis. La caléndula puede suavizar la piel dándole más flexibilidad y tonicidad, también en la piel de los labios, mejorando la sequedad y las grietas.

Si leemos los ingredientes de los productos cosméticos, encontraremos la caléndula en multitud de ellos, tanto en cremas hidratantes y nutritivas como en jabones y productos del cuidado del cabello. Aunque también es muy interesante conocer el aceite esencial de caléndula, que podemos conseguir en tiendas de productos naturales o herboristerías.
La recomendación habitual es mezclar unas gotas de este aceite esencial junto con un aceite más suave como el de oliva o almendras en la proporción que indique el producto o la persona que nos lo ha proporcionado.

Por último también se puede utilizar preparando un tónico a partir de las flores frescas de caléndula, dejándolas secar y mezclando unos 25 gramos de flores secas por una taza de aceite de oliva virgen extra o de almendra.

Son tantos sus beneficios y propiedades que merece mucho la pena conocer esta preciosa flor y buscar la manera que mejor se adapte a nosotras para empezar a utilizarla.

La piel de las manos, al igual que la del rostro, sufre en las épocas de frío, tiene tendencia a agrietarse, quemarse y resecarse. Es fácil reconocer que junto con el rostro son zonas muy expuestas a nuestro entorno y pueden verse seriamente perjudicadas si no estamos un poco por ellas. Además, las manos, son grandes indicadoras del envejecimiento ya que son de las primeras partes dónde más se refleja el paso del tiempo. Los principales síntomas del envejecimiento de las manos son: las manchas, las arrugas, la falta de luminosidad y la falta de firmeza.

Todos ellos factores que se pueden detener y prevenir gracias a los consejos que los dermatólogos ofrecen para la protección de estas zonas sensibles. A continuación, algunos de ellos:

La hidratación es fundamental, es necesario aplicar una crema que ofrezca hidratación prolongada varias veces al día, si vamos a estar expuestos a las inclemencias del tiempo frío. Sería adecuado aplicarla después de lavarnos las manos, cuando notemos las manos algo resecas y sobretodo antes de ir a dormir. Asimismo aprovecha este pequeño ritual de belleza para darte un buen masaje llegando especialmente a las cutículas de las uñas e insistiendo en ellas para evitar que se resequen.

No se recomienda abusar de los geles desinfectantes que se usan ya muy habitualmente. El alcohol que poseen tiende a secar la piel. También los detergentes llevan agentes químicos, por lo que se aconseja usar guantes de látex durante las tareas en las que haya que usar productos agresivos habituales en la limpieza en el hogar.

Al igual que en las otras zonas corporales expuestas a los rayos ultravioletas, las manos deberían también cuidarse con un buen protector solar, con un SPF de al menos 30. Podemos encontrar cremas hidratantes que incluyan también este factor imprescindible, que nos sirve a diario aunque no brille especialmente el sol. Los rayos UVA y UVB están siempre presentes y nos perjudican.
En el caso de que en la zona dónde vivimos sea habitual tener nevadas es importante llevar guantes para evitar que con el frío y la humedad la piel se nos agriete y se queme.

aguacalienteOtro de los enemigos de la piel que hay que evitar es el agua demasiado caliente. Las temperaturas excesivamente elevadas retiran de nuestra piel las capas protectoras abriendo los poros y favoreciendo la sequedad en las manos.

Todas ellas, recomendaciones muy sencillas de seguir y que no suponen un gran esfuerzo. Buscar productos de calidad, usar jabones neutros y adquirir ciertos hábitos diarios nos ayudaran a tener unas manos tersas y suaves a la vez que evitamos, en gran medida, que aparezcan prematuramente los signos del envejecimiento en una zona tan femenina y expresiva como son nuestras manos.

Tras las fiestas navideñas y los excesos del fin de año, es el momento para llevar a la práctica algunos consejos para regular la alimentación y nuestos hábitos. ¿Quizás hayas notado que en diciembre te sentías más cansada?

Es sabido que durante las fiestas todas estamos más aceleradas por los compromisos, las tareas pendientes, las exigencias laborales por el cierre anual, etc. También quien más y quien menos vive unos días de bastante desajuste alimenticio desde la misma nochebuena. Uno de los objetivos de este mes de Enero podría ser desintoxicar tu organismo, empezando por tareas tan sencillas como beber mucha agua y dormir lo suficiente.

Se recomienda beber 2 litros de agua al día, cantidad que podemos incrementar tras las fiestas. Durante estos días especiales hemos ingerido, la mayoría de nosotras, muchas grasas, azúcares, alcohol.. superando las cantidades a las que estamos acostumbradas. Durante este mes reduciremos y, si es posible, eliminaremos estas substancias de nuestra alimentación diaria. Procuraremos tomar cítricos como el limón o la naranja, que ayudan a limpiar el organismo así como agua de coco que, gracias a sus altas dosis de minerales y potasio, ayuda a reponer dichos elementos que se han perdido en la actividad física o el estrés.

Otro de los consejos a seguir en este mes de desintoxicación es moverse. Llegar a nuestros destinos habituales caminando o en bicicleta, dejando de lado el coche, buscar una actividad física con la que disfrutemos y nos sea factible compaginar con nuestras obligaciones.
Es bueno hacer ejercicio en nuestro día a día en gestos tan sencillos como utilizar las escaleras en vez del ascensor, encontrar alguna pequeña tabla de ejercicios básicos para poder hacer en tan sólo unos minutos en tu propia casa, en este aspecto, querer es poder, así que mucho ánimo, los resultados merecerán mucho la pena.

No podemos olvidarnos de dormir. Regular las horas de sueño debería ser una prioridad. Tras trasnochar varios días en Diciembre, puede ser difícil abandonar el hábito de irse a dormir tarde, aunque esto es realmente algo que nos perjudica. Preferiblemente sería bueno volver a levantarse pronto por la mañana, llenar el día de actividad y disfrute y llegar cansado a la noche acostándose también pronto.
La falta de un sueño reparador puede ocasionarnos dolores de cabeza, mareos y otros síntomas leves pero ciertamente incómodos.

Por último, algo que siempre se recomienda en las dietas depurativas, beber en ayunas té caliente, que además ayudará a reducir la hinchazón abdominal, prevenir los gases y mejorar nuestras digestiones. Durante el mes de enero podríamos substituirlo por el café escogiendo la variedad que más nos guste como el té verde, el rojo o el blanco.

Enero, empecemos el año con nuevos propósitos entre los que esté el cuidar nuestro cuerpo para disfrutar aún más de nuestra belleza interior y exterior.

Conseguir unos resultados impecables y duraderos en la manicura que podemos hacernos en casa no es algo imposible, aunque si es importante seguir ciertos pasos, uno a uno y en un orden estricto para no cometer errores.

El primer paso es desmaquillar, es básico retirar el esmalte anterior con un producto lo menos agresivo posible, aunque por ello tengamos que esforzarnos un poco más. Lo mejor son las toallitas quitaesmalte sin acetona ya que además de su función principal también hidratan y protegen las uñas.

Segundo paso, cortar y limar. Preferiblemente no usar la tijera a menos que sea necesario, es mejor rebajar la uña con ayuda de una buena lima. Las más adecuadas son las de fibra de vidrio, zafiro o cartón y para dar forma las de vidrio templado. Procuraremos efectuar los movimientos con la lima escogida siempre en un mismo sentido evitando así las posibilidades de rotura.

Tercero, blanquear. Tras el limado, es conveniente sumergir las manos completamente en un bol con agua templada pasando un cepillo de uñas de un lado al otro en cada una de las uñas. Para lograr unas uñas blancas y brillantes podemos añadir al agua zumo de limón o bicarbonato y un chorrito de agua oxigenada.

El siguiente y cuarto paso es trabajar las cutículas. Todas sabemos que si cortan las cutículas suelen salir más fuertes con el tiempo. Aplicando un buen gel quita cutículas y dejándolo actuar un par de minutos, podemos acabar con el problema.

Quinto, pulir. Pasando de forma suave una lima pulidora por la superficie de la uña lograremos un brillo perfecto, eliminando también, las posibles irregularidades.

A continuación, sexto paso, aplicar una base. Dependiendo de cómo estén nuestras uñas, cada caso necesitará de una base diferente. Las hay con proteínas, fortalecedoras, endurecedores o las que neutralizan el color amarillento que puede surgir en los casos dónde falta hidratación. Para poder evitar esta última situación es recomendable dejarlas sin esmaltes unos días e hidratarlas con aceites especiales durante este tiempo de descanso.

En séptimo lugar no nos olvidaremos de hidratar antes de aplicar el color. Tanto las manos como las uñas se benefician siempre de una buena crema hidratante. Aunque hay que tener en cuenta que, antes de aplicar el tono de esmalte escogido, será imprescindible volver a pasar quitaesmalte en cada uña para evitar las burbujas de aire, que estropearían una correcta aplicación.
Esmaltar, el octavo paso. La manicura perfecta necesita de dos capas muy finas y lo idóneo es que dejemos pasar un par de minutos para el secado entre una capa y la siguiente para que se asiente el color.

Sellar con ‘top coat’, en penúltimo lugar escogeremos aquél que nos aporte un brillo suplementario al esmalte dando más vida a el color del mismo y protegiéndolo para lograr una larga duración.

El paso número diez, secado exprés. Evitando a toda costa el agua caliente usaremos los aceites de secado con los que podremos empezar a usar nuestras uñas en un único minuto.

Sencillos pasos que podemos hacer tranquilamente en casa y que si se siguen de forma correcta te permitirán lucir unas manos bellas y seductoras en tan sólo unos minutos…¿Te animas?

Estamos ya muy cerca del nuevo año, el 2016. En algunos trabajos o estudios se acerca también una sobrecarga de trabajo y cuotas de estrés extra por el cierre de año.

Nuestra vida diaria, en ocasiones, nos exige mucho. Las constantes tensiones y exigencias en el trabajo, los estudios, las responsabilidades en la casa… provocan unos niveles de estrés que pueden repercutir en nuestra calidad de vida.
Cuando somos conscientes de ello y queremos poner solución, es bueno pensar que no siempre las soluciones son externas y químicas, es decir, complementos vitamínicos o tónicos que prometen aumentar nuestra energía; más bien la clave está en tener una buena alimentación y unos hábitos saludables.

En estos momentos de exigencia personal son varios los coach en nutrición que señalan la importancia de tomar consciencia más que nunca en nuestra alimentación. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el cerebro es el único órgano del cuerpo que es azúcar dependiente. Sus funciones se activan y se mantienen cuando tenemos adecuados niveles de azúcar, pero hay que saber que cuando se consumen grandes dosis de dicha sustancia se produce un falso estado de alerta que no suele durar más de 20 minutos, pasando posteriormente a sentir una profunda fatiga.

Aunque pueda suponer un gran esfuerzo, habría que hacer todo lo posible por reducir o, mejor aún, eliminar el azúcar de la alimentación diaria. Evitando así el deseo de estar comiendo a toda hora, puesto que cuanto más dulces consume una persona, mayor necesidad siente de comer otros alimentos azucarados, provocando en ocasiones grandes dosis de ansiedad.

Otra de las recomendaciones para combatir el estrés es conocer y aplicar en nuestra vida algunos de los grandes fundamentos del slow food, ¿lo conocéis?

Este movimiento convertido en asociación con repercusión en todo el mundo, surgió en Italia en 1986, como réplica a la tendencia fast food (comida rápida). Las personas implicadas acordaron que era necesario promover la lentitud en la comida, los productos naturales, las recetas locales, así como el deleite en el sentido del gusto, el comer sin impaciencia.

Aplicándolo a nuestro día a día significa comer con consciencia y atención, deteniendo todas nuestras actividades, cocinando de la manera más adecuada los alimentos y valorando en especial la calidad de las materias primas. Entre los principales beneficios, de esta manera de vivir y disfrutar de la alimentación, el combatir el estrés y la ansiedad es quizás uno de los más importantes.

Aún sabiendo que muchos tenemos y vivimos con prisa, que nuestra vida es un ajetreo constante y es difícil detenernos, deberíamos parar y disfrutar de nuestras comidas, el esfuerzo merecerá mucho la pena y, que mejor, que empezar un nuevo año con unos hábitos que nos ayudarán a vivir de una forma más feliz y consciente.

En el ámbito del maquillaje, tanto los productos, los cosméticos, como los accesorios han estado siempre pensados para las mujeres. Y es que, des de hace años son el público objetivo perfecto para estos productos: las mujeres muestran preocupación por su aspecto, se quieren ver bien y no les importa gastar dinero para ello.

Pero cabe decir que las cosas están cambiando. Los hombres, cada vez más se interesan por mejorar su aspecto físico, queriendo controlar hasta el último detalle para verse perfectos. Por ello están saliendo nuevos productos, para suplir estas nuevas necesidades.

Y es que… ¿por qué no probar el maquillaje? Aplicado de una manera sutil, los hombres pueden conseguir grandes resultados.
La máxima en el maquillaje masculino sería: menos es más. Chicos, si os lo estáis pensando, tomad en cuenta los siguientes consejos para no cometer errores.
En primer lugar, evitar a toda costa los iluminadores. Como hemos dicho, la clave para un maquillaje masculino es que sea discreto. El iluminador resalta zonas que, muy probablemente, no queréis destacar.
No al colorete. Se trata de un elemento que afemina mucho la cara, dándole un rubor que no conviene en un rostro masculino.
Sí al corrector. El corrector va a convertirse en vuestro nuevo mejor amigo ya que acabará con todas vuestras imperfecciones: granos, rojeces, ojeras… Y si además, lo acabáis con un toque de polvos bronceadores… ¡veréis como os cambia la expresión de la cara!

En cuanto a la base del maquillaje, es muy importante que sea del mismo color de la piel. Al igual que con las mujeres, se debe evitar al máximo que se vea el producto o que queden contrastes entre las diferentes zonas, como la cara y el cuello. De esta manera se consigue un resultado mucho más natural.

Los que os queráis sumar a esta nueva tendencia debéis tener claro que, además de estos consejos, se debe seguir una rutina bastante estricta para cuidar la piel: siempre se debe hidratar la piel y desmaquillarla antes de ir a dormir para que respire y conserve toda su vitalidad.

Y recordad que el éxito está en que no se note que os habéis maquillado. Atreveos a dar el paso y demostrad que el maquillaje ha dejado de ser una cosa únicamente de mujeres.

Si acabas de ser mamá y ves que tu cuerpo y tu aspecto no tienen nada que ver con lo que eran, no te preocupes. Hoy te traemos algunos trucos para que, con un poco de esfuerzo y una actitud positiva, puedas volver a tener tu aspecto habitual.

Los primeros días… Justo después de tener a tu bebé puedes usar una faja postparto un par de horas cada día. Éstas ayudan a modelar el cuerpo y a perder peso pero, lo más importante, es que te van a ayudar a sentirte segura acomodando tus órganos y manteniendo tu piel firme sin que se mantenga suelta..

A las dos semanas… Pasado un tiempo moderado al parto, puedes empezar a hacer ejercicio. Os recomendamos los “Ejercicios de Kegel” que consisten en hacer una repetición de movimientos hasta 10 veces: solamente tienes que relajarte, contraer los músculos de la vagina durante tres segundos y luego aflojar. Ah! Y recuerda de no hacer presión ni en el estómago ni en la espalda.

El mejor momento para empezar una rutina de ejercicios un poco más dinámicos después del parto varía mucho de una mujer a otra. Muchos obstetras sugieren esperar de cuatro a seis semanas después del nacimiento del bebé.
En este momento y , tras la supervisión médica, ya puedes añadirle a tu rutina física unos ejercicios más potentes como abdominales, flexiones y/o entrenamientos fitness.

Con constancia conseguirás que tu figura vuelva poco a poco a lo que era antes. Pero no debemos olvidarnos de otros factores físicos que aparecen con la maternidad y que queremos eliminar a toda costa.

Las estrías… Son una alteración de las fibras conjuntivas de la dermis, la capa media de la piel, producidas por la ruptura de las fibras de colágeno y elastina, responsables de dar soporte y sostén a la piel. Con otras palabras, se dan en una membrana muy delicada que tiende a dañarse con mucha facilidad cuando la piel se extiende o se restringe en un corto periodo de tiempo. ¿Qué debes hacer? Empezar a tratarlas en el momento en que salen. ¿Cómo? Usando ropa holgada, bebiendo mucha agua e hidratando la piel con productos específicos de calidad.

La flacidez… La flacidez es la falta de tono muscular en el abdomen y la zona lumbar, acompañado por una falta de elasticidad en la piel. Para combatirla, debes tonificar los músculos y aplicarles una crema reafirmante dos veces al día. En este sentido una de las partes que más sufre durante el embarazo es el pecho. Por ello, en cuanto termines la lactancia, dedica un ratito diario a aplicar productos reafirmantes en esta zona.

La celulitis… Todas las mujeres le tenemos pavor. Avanza en silencio y se intensifica durante el embarazo. ¿Qué hacer? Ante los primeros síntomas debes aplicarte buenos productos anticelulíticos e hidratar la piel constantemente mediante masajes. Ah! E intenta eliminar de tu dieta las grasas saturadas. ¡Notarás la diferencia!

Teniendo en cuenta estos consejos verás, como en poco tiempo, te volverás a reconocer en el espejo.

Las japonesas son de las mujeres que tienen la suerte de gozar de una piel de infarto: fina, sana y sin imperfecciones. Esto se atribuye a la sabiduría oriental, que basa cualquier cuidado sobre la premisa de la sencillez y de la perfección. Esto también incluye su piel: un cuidado diario basado en la pureza y la naturalidad.

Si te interesa descubrir algunos trucos orientales, sigue leyendo:
Uno de los puntos fuertes de su filosofía es no poner nada encima de la piel que no se pueda comer. Sí, así de simple. Con el uso de productos orgánicos y naturales consiguen que todo aquello que está en contacto con su piel sea de origen 100% natural. Si quieres seguir con este consejo, usa aceites, extractos de plantas, esencias de flores o exfoliantes naturales en tu rutina diaria y notarás el cambio.

También creen en la desintoxicación. Tomar té verde aporta a la piel una gran cantidad de antioxidantes, por lo que se convierte en una parte fundamental de la dieta japonesa. El té, además, es un gran aliado para el tema estético pero también a nivel de salud, ya que desintoxica las células del cuerpo y tiene propiedades antiinflamatorias. Incluyendo el té en tu dieta conseguirás limpiar tu cuerpo de adentro hacia fuera, consiguiendo una piel resplandeciente, llena de energía y vitalidad.

Otro de los principios básicos es maquillarse menos y limpiarse más. La regla es sencilla: es mejor invertir en un buen limpiador y en un buen filtro solar, que en maquillaje. De hecho, la limpieza profunda de la cara es uno de los momentos más importantes para las mujeres japonesas.

Ah! Y teniendo en cuenta que nunca se debe frotar un producto sobre el rostro. Es mejor esparcirlo, presionando suavemente con los dedos para que penetre bien en la piel.

Siguiendo con el rostro. Algo que ayuda muchísimo a reducir las manchas de la cara y quitar las células muertas es el arroz
. Una exfoliación de arroz molido con té de jazmín te garantizará una limpieza profunda.
Si incluyes alguno de estos consejos en tu vida, verás cómo mejora tu aspecto y el de tu piel. Además, todos son bastante sencillos y asumibles de hacer en casa. ¡No hay excusa!

Hacer deporte se ha puesto de moda. De hecho, en esta época del año cada vez es más la gente que incorpora el deporte en su rutina diaria. Una de las cosas que debemos tener claras cuando empezamos o retomamos una actividad de este tipo, es la aparición de las agujetas.

¿Qué son las agujetas?
Se definen como un fenómeno de dolor o rigidez muscular que se produce un día o dos después de haber practicado actividad física.

¿Por qué tenemos agujetas?
Las agujetas se producen cuando hacemos un esfuerzo al que nuestros músculos no están acostumbrados. Por ejemplo, cuando empezamos un nuevo programa de ejercicios, cuando cambiamos la rutina o modificamos la intensidad y/o la duración de nuestros ejercicios físicos.

¿Cuándo duelen más?
Las agujetas duelen más cuando hacemos movimientos que hacen que el músculo se contraiga con fuerza mientras se alarga. Un ejemplo seria bajar escaleras, correr cuesta abajo o hacer sentadillas.

¿Dónde tenemos agujetas?
Las agujetas pueden darse en todo el cuerpo. Aunque es más probable que se presenten en los grupos musculares grandes como los pectorales, los glúteos, los cuádriceps o las lumbares ya que cuentan con más fibras musculares.

¿Cómo prevenirlas?
Queda demostrado que es imposible prevenir las agujetas, aunque sí que se pueden reducir.

¿Cómo reducirlas?
Podemos reducir notablemente las agujetas haciendo un calentamiento completo antes de empezar a hacer ejercicio; progresando y aumentando de forma gradual el tiempo y la intensidad de los ejercicios; realizando estiramientos suaves después del entrenamiento; tomando mucha agua y siguiendo una alimentación correcta.

Otros consejos…
Podemos complementar estos consejos con masajes musculares, baños de hielo, ejercicios de yoga o algún ejercicio aérobico. En caso de tener dolores fuertes, puede hacerse uso de algún antiinflamatorio como el ibuprofeno, para reducir el dolor.
Aunque apuntad el mejor consejo de todos: descansar y esperar a que vuestro cuerpo se recupere de manera natural. El dolor desaparece entre los tres y los siete días.

Cuando hacemos deporte esperamos sudar. De hecho, nos encanta sudar porqué es sinónimo de ponernos en forma, de estar haciendo ejercicio físico y de quemar grasa. Pues bien, esta premisa no es del todo cierta y todos aquellos que la tengamos interiorizada, debemos pensárnoslo dos veces.

A pesar que sudar está relacionado con quemar grasa y, por lo tanto adelgazar, el hecho de sudar más o menos no implica que se esté quemando una menor o mayor cantidad de grasa.
En los entrenamientos en grupo puede verse como, a pesar que todos parecen haber hecho el mismo entrenamiento durante el mismo período de tiempo, algunas personas han sudado mares, mientras que otras se ven igual que antes de empezar el entrenamiento. Y os preguntaréis… ¿por qué?

Pues bien, la realidad es que no importa la contextura, el tamaño o la condición física de las personas. El sudor es la reacción natural del cuerpo cuando busca refrescarse en aquellos momentos cuando se siente más caliente de lo normal. Al hacer ejercicio, la temperatura corporal sube y el cuerpo da como respuesta inmediata el empezar a sudar. La cantidad de sudor no depende de nada más que de las glándulas sudoríparas que cada uno tiene en el cuerpo: y son tan dispares que pueden oscilar entre los 2 y los 4 millones de glándulas.

Pero hay otros aspectos que influyen a la hora de producir el sudor. Las personas que tienen elementos como el tabaco, el café o el alcohol en su dieta cotidiana suelen sudar en mayores cantidades, mientras que el llevar una alimentación sana, hace que se pueda sudar menos. Los tejidos de la ropa que usamos o la grasa corporal de nuestro cuerpo también afectan a nuestra sudoración.
Sí que es verdad que a la hora de hacer deporte, la intensidad con la que se entrena tiene que ver con la cantidad de sudor. Eso sí que es un hecho: cuanto más esfuerzo, más alta es la temperatura del cuerpo y, por lo tanto, mayor cantidad de sudor existe. ¡Pero tampoco os hagáis ilusiones!

Dicho esto, el sudor solamente es un vago indicador de la cantidad de grasa quemada ya que hay muchos factores que influyen. Por lo tanto, de ahora en adelante, ya no podéis pensar que por sudar más en un entrenamiento estáis quemando más grasa que otro compañero que no haya sudado tanto.