Siempre hay nuevas tendencias de belleza y estilo de vida que no dejan de sorprendernos y el “nesting” es una de ellas. Lo más seguro que ya lo hayas llegado a hacer sin ser consciente del nombre con el que le han bautizado, se trata de no salir de casa durante el fin de semana con el objetivo de relajarte, descansar y disfrutar del placer de no hacer nada.
Si lo encuentras factible y eres capaz de disfrutar de esta opción, tu piel te lo agradecerá. Que mejor que encontrar dos días para estar contigo misma y dedicarte parte del tiempo a realizar con verdadera calma tus rutinas beauty tan difíciles de llevar a cabo entre semana.
Los beneficios del “nesting” a nivel físico y mental son claros, cuando estamos hablando de que tu descanso será realmente relajante, ya que si tienes niños o te quedas en casa para realizar tareas atrasadas no podrás disfrutar realmente de lo que el “nesting” o “anidamiento” propone.
Incluso la escritora Marie Kondo, conocida por su libro “La magia del orden” ha hablado en sus publicaciones de esta práctica, señalándola como un auténtico placer cuando tu hogar te aporta paz y serenidad.
Te proponemos una opción de belleza que si las practicas en tu fin de semana especial te ayudará a relajar y nutrir tu piel, tu cabello e incluso tu mente dándole un nuevo vigor para afrontar la semana.
¿Qué te parece realizar tu misma tus sales de baño con aceites esenciales? Tendrás que prepararlas y dejarlas reposar de dos a cuatro días, por ello si quieres disfrutar de un baño fantástico el sábado o el domingo mira de preparar tus sales a mediados de semana. Dependiendo del aceite que utilices lograras unos beneficios característicos…
¿O quizás prefieres prepararte una mascarilla con ingredientes naturales para relajar e hidratar la piel del rostro, mientras miras una buena película?
Hoy en día tenemos mil alicientes con tan sólo pulsar un botón, pero no hemos de olvidar que el relajarnos de verdad implica también desconectarse de las redes sociales, encontrar el equilibrio interior haciendo actividades que te produzcan alegría y placer y aprender también a estar simplemente sin actividad ninguna, disfrutando del momento.
No se puede mal interpretar como una excusa para evitar el contacto real con otras personas y evidentemente no es algo que sea bueno practicar con asiduidad.