Desde hace años oímos hablar del cambio climático: cada vez más, debido a las acciones humanas, el mundo está cambiando a marchas forzadas. Animales en peligro de extinción, terremotos, volcanes en erupción, agujeros en la capa de ozono…
Todo esto, además de repercutir en el entorno que nos rodea, afecta también a la salud de las personas. Podemos notarlo en un aumento de enfermedades, infecciones, malnutrición y, en muchos casos, hasta la muerte.
Los factores que más determinan la relación entre la salud y el cambio climático son, por ejemplo, la variación del clima, que da lugar a una menor calidad de recursos como el agua o los suelos; el aumento de las temperaturas, que favorece la reproducción de insectos que propagan enfermedades como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla así como agravar ciertas enfermedades cardiovasculares o respiratorias; el incremento de catástrofes naturales causando la muerte de muchísimas personas y dañando las estructuras en las que vivimos; la desertización y las sequías, que reducen el campo de tierra cultivable y dificultan el acceso a fuentes de agua potable y el deshielo de los glaciares, que eleva los mares y océanos provocando inundaciones.
Con todo esto, es muy probable que incrementen nuestros problemas de salud. Por ejemplo, con los golpes de calor se agravaran nuestros problemas respiratorios o cardiovasculares; con la contaminación aparecerán cada vez más enfermedades cardiorespiratorias; con la humedad y las nuevas temperaturas las infecciones se propagarán mucho más rápido y con las radiaciones solares y la luz ultravioleta irán apareciendo cada vez más problemas oculares y cutáneos.
Para protegernos de todos estos efectos negativos que provoca el cambio climático se han propuesto medidas como ampliar el uso de las energías renovables, expandir las ciudades de manera sostenible, intentar mantener un consumo respetuoso con el medio ambiente, endurecer las políticas de reciclaje y mejorar la eficiencia a la hora de producir.
Por lo tanto, empezar a cuidar del medio ambiente no beneficiará solo a las generaciones venideras sino que estaremos contribuyendo a mejorar, aunque solo sea un poco, nuestra salud.