Las manos son una parte muy importante de nuestro cuerpo ya que al igual que el rostro, están siempre visibles y nos otorgan personalidad. A lo largo de la historia se ha escrito e investigado mucho sobre su morfología, y son muchas las civilizaciones antiguas las que ya se preocuparon por lucir una piel cuidada y con un aspecto juvenil en sus manos. Un ejemplo fueron los egipcios quienes ya crearon ungüentos a base de leche de burra, miel o arcilla.

Hoy en día, la cosmética ha avanzado mucho y los cosméticos se ajustan a las necesidades de muchas personas para el cuidado de sus manos. También en la medicina estética se han incorporado grandes mejoras para el cuidado holístico de las manos.

A partir de los 40 años aparecen en el dorso de la mano los primeros signos de envejecimiento cutáneo. La pérdida de elasticidad y colágeno también afecta a la piel de nuestras extremidades, adelgazando la matriz dérmica dando paso a las primeras arrugas.

Si además contamos con los factores externos que aumentan la velocidad del envejecimiento, como la exposición al sol, la aparición de discromías (alteraciones del color de piel), manchas o lentigos, las manos se ven inevitablemente más envejecidas y poco cuidadas. Buscando la revitalización y el tratamiento de estos signos podemos actuar en función de la afectación dérmica de estos factores.


Si nuestras manos están desvitalizadas y la piel necesita hidratación, el tratamiento más adecuados podría ser :
Infiltración de ácido hialurónico junto con un complejo personalizado de revitalización (vitaminas).  Los efectos son inmediatos y sorprendentes. Es necesaria una revisión de las infiltraciones cada seis meses y una continuidad sobre la bioestimulación con vitaminas para poder garantizar y alargar en el tiempo los resultados.

Si nuestras manos tienen un aspecto desnutrido y se marcan en exceso los huesos:

Se puede recurrir a la hidroxiapatita cálcica o el ácido poliláctico, mediante infiltración con el objetivo de mejorar el trofismo de la piel. Podemos disfrutar de los resultados de forma casi inmediata pero alcanza sus máximos beneficios al pasar de 4 a 6 semanas. Este tratamiento tiene una duración de 9 a 15 meses, y los ácidos empleados son totalmente biocompatibles y reabsorbibles.


Por último si nuestras manos presentan varios tonos en el color de la piel (discromías):

Podemos aplicar peelings con ácido tricloroacético, y aplicación de luz pulsada para corregir los cambios de coloración, siendo altamente eficaz en casos en que la pigmentación sea superficial.

Se puede dar el caso que la persona, debido a sus características, requiera los tres tratamientos aplicados de forma paulatina para frenar y corregir los signos avanzados de envejecimiento.

Estos tratamientos cada vez son más requeridos por muy diversas personas porque queda muy patente que la edad no sólo se refleja en el rostro.