Seguro que alguna vez te has levantado con señales en la cara tras haber dormido en una postura un poco forzada. Estas arrugas de posición pueden tardar en desaparecer hasta varias horas.
En el caso de las arrugas de expresión, el factor desencadenante es la repetición constante de gestos expresivos como el fruncir el ceño, el reir, al intentar enfocar la visión etc.. y la clave para que se conviertan en arrugas estos gestos es la pérdida de elasticidad y colágeno.
Al dormir las posiciones que adoptamos, que en ocasiones se suelen repetir con asiduidad, también crean este proceso de repetición y hacen que la piel se vaya arrugando de forma progresiva. Por eso se considera muy positivo tomar consciencia de nuestras posturas al dormir intentando evitar aquellas que pueden llegar a producir arrugas faciales o en escote.
Parece algo inalcanzable el que seamos capaces de controlar las posiciones en la cama una vez ya estamos profundamente dormidos, pero no está demás saber cuáles son las posturas menos convenientes para, por lo menos en los primeras fases de sueño, procurar evitarlas.
La posición boca abajo es quizás la menos recomendada, no sólo por lo que puede llegar a afectar a la espalda o al cuello sino porque en esta postura la circulación sanguínea se puede ver comprometida lo que repercutirá posiblemente en una mayor retención de líquidos. Es posible que despertemos con bolsas u ojeras por la mala afluencia de sangre y puede provocar inflamación en las extremidades. Por todo ello no es nada recomendable.
En la posición de lado o fetal siempre tendremos una parte de la cara en contacto con la almohada. Aunque nos preocupemos de estirar muy bien las fundas o nos pongamos en el borde, la cara tiende a aplastarse contra ella. Además en esta posición el escote se arruga irremediablemente por la presión que ejerce el brazo que está elevado al caer hacia el colchón.
La postura más recomendable, es sin duda, la posición boca arriba. Estando de esta manera en la cama el mayor tiempo posible evitamos cualquier tipo de presión sobre la piel del rostro o del escote. Nos ayuda a descongestionar la cara que ha sido sometida durante el día al efecto de la gravedad, y nuestra espalda y cervicales permanecen en una posición natural que les permite oxigenarse y descansar plenamente.
Lógicamente aunque tengamos en cuenta estas recomendaciones es muy probable que nos durmamos de una manera y nos despertemos de otra o que el estar boca arriba no nos guste en absoluto. Los mimos que dedicamos a nuestro cuerpo durante el dia y el logar un sueño profundo y reparador claramente es también importante para disfrutar de nuestra belleza.