La naturaleza y la cosmética siempre han ido ligadas. Ya sea por las propiedades naturales que tienen algunas plantas o flores, por los aromas o por las texturas, en el mercado podemos encontrar múltiples productos que contienen elementos naturales.

Para cuidar el cuerpo y dar vida a los sentidos, hoy queremos presentaros algunos de los aromas y algunas de las propiedades que podemos encontrar en la cosmética.

Las rosas, por ejemplo. Llevan siendo una de las flores más comunes en el ámbito de la cosmética. Ya la mitología griega nos dice que se trata de una flor de los dioses asociada con la feminidad y lo místico. De hecho, cuando compramos una colonia o una crema que contiene rosas, la encontramos refrescante, depurativa e, incluso, antiinflamatoria. El aceite esencial de las rosas, además, se recomienda para prevenir arrugas y su fragancia es un bálsamo para reducir la angustia y el desaliento. Podemos encontrar jabones, aguas, cremas, colonias geles de baño y perfumes que contengan rosa.
La lavanda es también una flor muy usada. Con sabor a tardes de siesta y noches de sosiego, la lavanda es la flor del descanso por excelencia: ayudando a promover el descanso y a aliviar los nervios con su aroma. Otra de las características de la lavanda es su capacidad de regeneración dermatológica, usándose con fines terapéuticos en la piel, sobretodo en quemaduras y alergias. Podemos encontrar cremas, jabones y aceites aromáticos que contengan lavanda.

Tampoco queremos olvidarnos de la flor de loto y la pasiflora. La primera, ha sido uno de los grandes descubrimientos de la cosmética occidental por sus cualidades milenarias. Entre otras, retarda el envejecimiento de la piel, reduce inflamaciones y produce un efecto calmante y descongestivo en la piel ya que es muy rica en sales minerales, oligoelementos y aceites esenciales. La segunda, por su parte, tiene muchas propiedades medicinales, entre otras, calma el nerviosismo y la tensión. Podemos encontrar aguas, cremas y mascarillas que contengan flor de loto o pasiflora.
El jazmín, el nardo y la flor de cerezo son flores bastante recurrentes. Sensuales y afrodisíacas son flores que se usan para estimular el arte de la seducción. El jazmín y el nardo, por ejemplo, tienen propiedades suavizantes para la piel. La flor de cerezo, por su parte, contiene propiedades aromáticas únicas. Podemos encontrar geles de baño, jabones y perfumes que contengan estas flores.

Finalmente, queremos hablaros del romero, el cacao y el jengibre. El primero, es una planta aromática conocida por sus propiedades estimulantes y diuréticas. El cacao, por su parte, es uno de los componentes que más se usan en la cosmética corporal dadas sus cualidades terapéuticas y curativas. El jengibre es un estimulador del estómago. Podemos encontrar sales de baño y jabones que contengan estas plantas.