En la carrera hacia la búsqueda de la juventud eterna, mucho se habla de tratamientos antiedad y de un sinfín de ingredientes inteligentes que nos prometen alcanzar la tan deseada meta. Pero, poca atención se le dedica a la hidratación o, lo que es más importante, a la protección de la barrera cutánea. ¿Estás de acuerdo conmigo?
¿Por qué hemos de mantener la piel hidratada?
El objetivo de la hidratación es restaurar el contenido hídrico de la piel mediante productos que contengan sustancias capaces de captar el agua del ambiente exterior y retenerla en la epidermis y, además, evitar la evaporación del agua que normalmente contiene la piel. La hidratación restaura la elasticidad del estrato córneo, por lo que la piel aparece más lozana y fresca.
¿Sabías que, en situaciones normales, la piel debe contener de un 10% a un 15% de agua? Cuando esta concentración disminuye, aparece la sequedad o, en términos médicos, la xerosis cutánea.
Veamos a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de piel seca
La capa córnea representa la parte más externa de la epidermis y desempeña un papel esencial en la retención de la humedad en la piel. Esta capa está compuesta por aproximadamente 20 capas de células epidérmicas que conforman la conocida barrera de protección natural. Funciona como una sólida barrera que previene la deshidratación del organismo y evita la entrada de la mayoría de agentes externos.
Para que la barrera de protección natural pueda cumplir su función adecuadamente, es esencial que se mantenga continua y que su permeabilidad sea selectiva. Además, su estructura, que comprende una fase acuosa y una fase lipídica, debe mantenerse intacta. La parte lipídica que envuelve a las células de la capa córnea está compuesta principalmente por ceramidas, además de ácidos grasos libres, colesterol, ésteres de colesterol, escualeno y fosfolípidos.
La piel seca es frágil y, en casos extremos, es susceptible a padecer enfermedades cutáneas como eccemas o infecciones. Generalmente, presenta una textura áspera y puede hacer que las líneas sean más evidentes. La sequedad cutánea puede tener causas patológicas, como la ictiosis o iatrogénica, provocada por medicamentos u otros agentes.
¿Qué es el Factor Natural de Hidratación?
El Factor Natural de Hidratación (NMF, en inglés natural moisturizing factor) es un grupo de sustancias que se encuentran de forma natural en la piel y que tienen la capacidad de retener el agua, formando lo que se conoce como manto hidrolipídico. La composición contiene una mayor proporción de aminoácidos libres – fracciones de proteínas – además de amoníaco, ácido úrico, sodio, potasio, calcio, magnesio, urea, lactatos, citratos y fosfatos. Muchos de estos componentes son utilizados en la industria cosmética para el tratamiento de las pieles secas y atópicas.
Cuando aparecen cambios cualitativos y/o cuantitativos en los componentes antes mencionados puede derivar en un estado de deshidratación de la piel.
¿Has oído hablar de la filagrina?
En los últimos años se han llevado a cabo innumerables estudios sobre su función e implicación en distintos trastornos cutáneos. La filagrina es una proteína estructural filamentosa – de ahí su nombre – que se produce en la epidermis, fundamental para el desarrollo y mantenimiento de la barrera cutánea.
Su papel es fundamental en el proceso de queratinización, en el cual las células de la epidermis se transforman en corneocitos. La filagrina se adhiere a los filamentos de queratina y, cuando se descompone, da lugar a los aminoácidos que formarán parte del factor natural de hidratación, favoreciendo la formación de una barrera cutánea resistente y eficaz. La falta de filagrina podría comprometer la barrera cutánea, dando lugar a sequedad, sensibilidad e irritación. Es sabido que la producción de filagrina disminuye con el paso del tiempo, lo cual se traduce en pérdida de hidratación y elasticidad.
Hidratación activa e hidratación pasiva. ¿Qué es?
Si el objetivo es aumentar y proteger el nivel de hidratación en la piel también se han de corregir los niveles de lípidos.
La hidratación pasiva se basa en minimizar la pérdida de agua presente en la capa córnea. Esto se consigue con sustancias como los aceites o las ceramidas. La hidratación activa hace referencia a la aportación de agua, tanto del ambiente exterior como desde la dermis a la capa córnea. La urea y el pantenol – provitamina B5 – resultan ideales por su gran poder humectante.
Resumiendo. La hidratación de la piel es fundamental para mantener la barrera de protección en condiciones óptimas y así evitar daños visibles y envejecimiento prematuro.
Ahora que somos más conscientes de la importancia de la hidratación solo toca tomar las medidas oportunas para mantener la piel sana y radiante.
Aquí te dejo tres sencillos consejos.
- Higiene diaria suave y respetuosa con la piel. Apuesta por cosméticos que limpien delicadamente, protejan y, sobre todo, no alteren el estado del manto hidrolipídico.
- Hidratar en profundidad con productos adecuados al tipo y estado de la piel. Un diagnóstico personalizado realizado por un profesional hará que no te equivoques con la elección de tu rutina de cuidados diarios.
- Protección. Evitar la exposición excesiva e irresponsable a las radiaciones ultravioletas. Recuerda que el sol es fuente de vida siempre que tomemos las dosis adecuadas para no comprometer la salud de la piel.