Las japonesas son de las mujeres que tienen la suerte de gozar de una piel de infarto: fina, sana y sin imperfecciones. Esto se atribuye a la sabiduría oriental, que basa cualquier cuidado sobre la premisa de la sencillez y de la perfección. Esto también incluye su piel: un cuidado diario basado en la pureza y la naturalidad.

Si te interesa descubrir algunos trucos orientales, sigue leyendo:
Uno de los puntos fuertes de su filosofía es no poner nada encima de la piel que no se pueda comer. Sí, así de simple. Con el uso de productos orgánicos y naturales consiguen que todo aquello que está en contacto con su piel sea de origen 100% natural. Si quieres seguir con este consejo, usa aceites, extractos de plantas, esencias de flores o exfoliantes naturales en tu rutina diaria y notarás el cambio.

También creen en la desintoxicación. Tomar té verde aporta a la piel una gran cantidad de antioxidantes, por lo que se convierte en una parte fundamental de la dieta japonesa. El té, además, es un gran aliado para el tema estético pero también a nivel de salud, ya que desintoxica las células del cuerpo y tiene propiedades antiinflamatorias. Incluyendo el té en tu dieta conseguirás limpiar tu cuerpo de adentro hacia fuera, consiguiendo una piel resplandeciente, llena de energía y vitalidad.

Otro de los principios básicos es maquillarse menos y limpiarse más. La regla es sencilla: es mejor invertir en un buen limpiador y en un buen filtro solar, que en maquillaje. De hecho, la limpieza profunda de la cara es uno de los momentos más importantes para las mujeres japonesas.

Ah! Y teniendo en cuenta que nunca se debe frotar un producto sobre el rostro. Es mejor esparcirlo, presionando suavemente con los dedos para que penetre bien en la piel.

Siguiendo con el rostro. Algo que ayuda muchísimo a reducir las manchas de la cara y quitar las células muertas es el arroz
. Una exfoliación de arroz molido con té de jazmín te garantizará una limpieza profunda.
Si incluyes alguno de estos consejos en tu vida, verás cómo mejora tu aspecto y el de tu piel. Además, todos son bastante sencillos y asumibles de hacer en casa. ¡No hay excusa!