Ahora que se aproximan unos días de fiesta podemos pensar un poco en nosotras y escoger la opción de visitar y disfrutar de un balneario. Estos conocidos lugares te ofrecen baños medicinales además de favorecer el reposo y la relajación. El hecho de que te ofrezcan alojamiento en las propias instalaciones hace que realmente te tomes unos días de auténtica desconexión.

Normalmente los balnearios están situados en puntos geográficos concretos dónde las aguas termales nacen de auténticos manantiales naturales.

El tratamiento que se ofrece para todos los húespedes es la hidroterapia, es decir, el uso del agua de forma terapéutica. Las propiedades de estas aguas junto con la manera de aplicarla produce grandes beneficios a nivel físico y psíquico.

Cuando se aplica, por ejemplo, con presión en las piernas favorece el retorno venoso y la circulación se torna más fluida por lo que la sensación que produce es de relajación. Cuando se aplica mediante masajes con el objetivo de tonificar la musculatura se pueden ayudar de aromaterapia y contraste de temperaturas. Si tenemos en cuenta la mineralización y pureza de las aguas se garantizan múltiples beneficios.

Beneficios de la hidroterapia

La composición química del agua depende de cada balneario en concreto, pero todos tienen en común una serie de beneficios que te comentamos a continuación:

  • Aumento sustancial de la eliminación de residuos, logrando una acción desintoxicante
  • Relajación de la musculatura profunda
  • Activación del metabolismo y regulación de los procesos digestivos
  • Hidratación y oxigenación de las células, mejorando la piel y el tono muscular
  • Estimulación del sistema inmune, aumentando las defensas naturales de nuestro organismo
  • Mejora la fisiología de los órganos internos mediante la mejora de la circulación y calidad del suministro de sangre

Además de la hidroterapia es común que en la mayoría de balnearios se ofrezcan también tratamientos de belleza, aplicación de productos cosméticos de calidad, peelings, nutrición dérmica,… todos ellos para cuidar y rejuvenecer nuestra piel y ayudar en el tratamiento de problemas dermatológicos leves.

Hay que tener presente también que hay ciertas contraindicaciones a tener en cuenta en algunos casos. En personas con problemas de tensión no se les recomienda ni los baños calientes ni las saunas. En mujeres embarazadas, niños y ancianos hay que tener mucha precaución al tomar baños prolongados y evitar cambios bruscos de temperatura. Por último tienen que olvidarse de los baños fríos las personas que padecen de ciática, inflamación pélvica o que sean propensos a la irritación de vejiga.

A pesar de esto está más que demostrado que la visita a un balneario especialmente en épocas de mucha tensión o estrés, puede ayudarnos a evadirnos durante unos días de lo que nos altera para centrarnos en nosotras mismas y lograr una relajación y bienestar inmejorable. ¿Te animas?