En el periodo de vacaciones que acabamos de disfrutar hemos podido comprobar como el sol va adquirendo protagonismo y como anuncia que ya queda relativamente poco para entrar en la estación estival.

Algunos atrevidos incluso ya se han acercado a la playa a poner a prueba su piel tantos meses escondida tras las ropas. Es imprescindible empezar entonces a extremar las precauciones para evitar las lesiones comunes que el sol puede producir en nuestra delicada capa dérmica. En esta época primaveral y en los primeros meses de verano es bastante común que se dé un fenómeno llamado alergia al sol, que a pesar de no ser una alergia en toda regla si que presenta una sintomatología que puede tener otras reacciones alérgicas verdaderas.

Si eres de las que se pueden pasar horas tomando el sol…..

Deberías conocer los peligros que este hábito supone para tu salud. Siempre que algo se hace en exceso puede suponer un riesgo, por ello es importante ser consciente y tomar las precauciones necesarias para minimizar dicho riesgo evitando complicaciones futuras como el melanoma. También la denominada alergia al sol, o erupción polimorfa lumínica (EPL), suele producirse tras largas exposiciones a piel descubierta y estos suelen ser los primeros síntomas:

   – Aparición de lesiones en la piel tras la exposición directa a los rayos ultravioletas (UVA o UVB), unas pocas horas o varios días después de la exposición solar.
   –  Picor, dolor y enrojecimiento de la piel en las zonas corporales que han sido expuestas
   – Las lesiones son totalmente variables en función de cada caso pero suelen ser pápulas (de menos de un centímetro), papulovesículas ( similares a las pápulas pero con pequeñas ampollas), placas ( de un mayor    tamaño) o lesiones eritematosas multiformes ( lesiones enrojecidas de tamaños y formas variables)
   – En algunos casos, no muy comunes, puede aparecer dolor de cabeza, náuseas o escalofríos
   – La aparición de una EPL puede ser un síntoma de una enfermedad autoinmune

 

Cuidados para proteger la piel del sol

Si hemos observado alguno de los anteriores síntomas o tenemos la piel seca, irritada o incluso con alguna pequeña herida, evitaremos completamente la exposición solar, ya que el no tener la piel en condiciones para afrontar el efecto de los rayos ultravioletas puede conducirnos al empeoramiento de los síntomas.

Otro de los cuidados básicos es el utilizar un protector solar de calidad, con un factor de protección elevado que realmente cumpla su función de barrera. Tanto para estar en la playa, como en nuestro día a día ya que yendo por la calle nos da el sol en el rostro, los brazos, las piernas, el escote….zonas sensibles que no debemos descuidar.

Hay que ser también conscientes de que no podemos empezara enfrentarnos al sol de una forma excesiva. Por lo que si vamos a la playa no podemos estar desde el primer día ya unas horas tomando el sol, deberemos adaptarnos a los rayos de una forma progresiva y controlada para darle la opción a nuestra piel de ir ajustando sus recursos naturales de protección.

Si tenemos una piel sensible, clara o muy clara, que se quema con facilidad, y por tanto, propensa a padecer una alergia al sol, será necesario extremar las precauciones más allá del simple protector solar. Para este fin cubriremos nuestro cuerpo y zonas sensibles con ropas frescas de algodón que no nos darán un excesivo calor y nos evitarán los tan indeseables síntomas. También usaremos un sombrero o gorra que nos protegera el rostro , el cabello y la cabeza.

Ya terminado con los consejos para proteger la piel de los rayos solares no nos queremos olvidar de explicaros lo importante que es evitar el uso de perfumes, desodorantes y cosméticos cuando nuestra intención sea pasar un rato en la playa o tomando el sol. La mayoría de estos productos tienen un elevado porcentaje de alcohol que nos producirá irritación y propiciará el hecho de que se den quemaduras indeseadas.

En último lugar, aunque parezca algo obvio, es importantísimo ir al médico en el caso de que detectemos alguno de los síntomas de la alergia al sol en nuestro cuerpo. Al ser lesiones con distintos grados de afectación, muchas de ellas desaparecen con el tiempo. Y por este motivo mucha gente le resta importancia o se administran ellas mismas el tratamiento. Como no sabemos, la mayoría de personas, la gravedad de de nuestros síntomas ni conocemos cuál va ser su evolución es necesario ir a un especialista para que evalúe dichas lesiones y recomiende el tratamiento más adecuado y realice un seguimento impidiendo que algo que en un principio puede ser leve se convierta en algo más.