¿Cuántas veces hemos dicho que haríamos algo y, a día de hoy, aún no hemos empezado? Es muy difícil introducir nuevos hábitos o rutinas en nuestra vida si realmente no estamos convencidos de ello. Además, muchas veces lo intentamos pero la fuerza de voluntad se desvanece en un par de días.

Debemos tener claro que los hábitos que tenemos en un determinado momento definen, en gran medida, los resultados que obtenemos en la vida. Es por eso que debemos tener claro qué hacer para que nuestros propósitos se conviertan en hábitos reales.

Uno de los puntos más importantes se encuentra en no olvidarnos que, para llegar a la cima de la montaña, primero tenemos que pararnos y hacer varias escalas para disfrutar del camino, respirar aire puro y gozar de los paisajes.

Cómo dicen, lo más importante no es la meta sino el camino. Para emprender este camino deberemos tomar una decisión y dar el primer paso para, así, empezar a cambiar nuestras vidas. Para que lo tengáis un poco más fácil, aquí os presentamos un decálogo indispensable que os ayudará a crear nuevos hábitos:

  1. Cuando una persona repite constantemente un comportamiento, genera un hábito. Éste, acabará convirtiéndose en una actividad voluntaria, consciente y repetitiva que, al final, la haremos de forma mecánica.
  2. Esta mecanicidad hará que sólo te des cuenta que existen en el momento en que quieras modificarlos y esto te suponga un esfuerzo.
  3. Los hábitos, deben adquirirse sin ningún esfuerzo y en un periodo de tiempo determinado. Esto se conseguirá si nos guiamos por las emociones y pensamientos positivos y los repetimos conscientemente. De esta manera, nos condicionaran el sistema creando salud y felicidad de manera automática.
  4. Si queremos empezar a crear salud, temeos que canalizar nuestra mente inconsciente a través del hábito. Los hábitos sanos tienen un valor incalculable y una fuerza indudable para adquirir salud. Siempre y cuando los adquiramos gradualmente y de manera consistente, sin cultivar hábitos con los que no nos sintamos cómodos.
  5. En cada hábito la mente y el cuerpo trabajan juntos. La mente tiene la tarea de conducir el acto y el cuerpo lo sigue cuál compañero silencioso.
  6. El automatismo está ligado con el subconsciente ya que, al fin, diariamente realizamos múltiples acciones de manera simultánea como caminar, hablar, escuchar o trabajar.
  7. Esta inconsciencia de realizar ciertas actividades se suele canalizar a través de la repetición, la sugestión, la intención o la atención. Cambios en esta última pueden cambiar la forma que tenemos de percibir el mundo.
  8. Es importante generar nuevas situaciones que nos planteen desafíos y encontrar soluciones alternativas a aquellas situaciones que se nos presentaban como estresantes.

Por lo tanto sólo tenemos dos opciones: caminar activamente para lograr nuestras metas o quedarnos estancados y justificar el fracaso. En la primera, eres el protagonista de tu vida. En la segunda, eres una víctima.