Longevidad, belleza y salud son temas recurrentes en la vida de muchas personas. Aunque la longevidad y la belleza pueden estar relacionadas en ciertos aspectos, es importante recordar que la belleza física no garantiza una vida más larga. Sin embargo, la longevidad con salud nos acerca a vivir una vida larga y saludable, disfrutando de bienestar físico y mental a lo largo del paso del tiempo.
David Sinclair, biólogo australiano conocido por sus investigaciones sobre el envejecimiento y, actualmente, profesor de genética en la Escuela de Medicina de Harvard afirma que el estilo de vida hace envejecer más que la genética en más de un 80%. El mundo de bienestar en el que vivimos nos sumerge en la ley del mínimo esfuerzo. Según el Doctor Sinclair, una dieta ampliamente superior a lo que nuestro organismo necesita nos hace vivir en modo riqueza y nos aleja del estado ideal, el modo escasez. Adoptando simples gestos como el ayuno, la eliminación de alimentos ultraprocesados y la práctica de ejercicio físico, nuestro organismo es capaz de activar las defensas contra el envejecimiento.
Los efectos perjudiciales del tabaco en el organismo son innumerables. Las sustancias tóxicas y carcinógenas presentes en el humo del tabaco dañan los pulmones y las vías respiratorias, afectan las arterias y promueven la formación de placas de grasa, lo que conduce a la obstrucción del flujo sanguíneo, favoreciendo las enfermedades cardiovasculares. Fumar debilita el sistema inmunológico, lo que dificulta la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, haciéndonos más susceptibles a infecciones bacterianas y virales en general. Actualmente, se ha demostrado que las toxinas del humo del tabaco pueden provocar mutaciones en el ADN lo que desencadena una aceleración del envejecimiento.
Con el paso del tiempo, la reparación del ADN se ralentiza y los signos de la edad como arrugas cutáneas, flacidez de los tejidos, sequedad y deshidratación se hacen cada vez más visibles. A medida que el daño del ADN se acumula el proceso de senescencia se acelera, sobre todo, si no se toman medidas para reparar los daños.
¿Y la piel, cómo la cuido?
Parece ser que el kit de la cuestión está en la protección. Es fundamental resguardar la barrera de protección natural de la piel y evitar la pérdida de agua transepidérmica. Mantener los niveles óptimos de hidratación y nutrición son la base de una piel sana y joven.
¿Cómo afecta el estrés y la mala calidad del sueño al envejecimiento?
Sin lugar a dudas, estrés y malos hábitos de sueño potencian el envejecimiento.
¿Sabías que un descanso deficiente multiplica por dos las probabilidades de padecer diabetes?
La diabetes es una enfermedad relacionada con el nivel de insulina en el organismo. Cuando no se produce el nivel de insulina adecuado, aparecen los picos de glucosa propios de la enfermedad. Se dice que un buen descanso propicia que el páncreas pueda establecer los niveles insulínicos adecuados en sangre.
Trabajos científicos publicados ofrecen indicios de como un sinfín de situaciones estresantes pueden elevar la edad biológica, acelerando el envejecimiento. La parte positiva de este estudio es que, en muchos casos, estos daños podrían ser reversibles.
El estrés positivo nos empuja a solucionar problemas y nos aporta energía para enfrentar el día. Pero, el estrés crónico, ese que nos paraliza, provoca deterioro físico y celular. Hemos de ser capaces de escuchar nuestro cuerpo cuando nos pide calma y, si es necesario, buscar herramientas como la meditación, el yoga o el deporte en general para paliar los efectos negativos del estrés.
¿Y si los propósitos de año nuevo los adelantásemos a septiembre?
Podríamos comenzar por estas recomendaciones que vienen de la mano del mismísimo David Sinclair.
- Estimulación cognitiva: El cerebro desempeña un papel crucial en la salud en general. Introduce juegos o actividades que estimulen tu capacidad cognitiva y ponga a prueba la memoria.
- Aléjate del sedentarismo: No solo se trata de ir al gimnasio, la clave es mantenerse activo. Caminar, bailar y llevar un estilo de vida dinámico se traduce en bienestar y salud.
- Cuida tu alimentación: Reducir el consumo de carnes, azúcares y grasas malas. Y, aumentar la ingesta de frutas y verduras.
- Mantén a raya el estrés: Hay muchos estudios que confirman los daños físicos y psicológicos que provoca el estrés. Si sientes ansiedad y el estrés perdura en el tiempo, busca los medios para revertir la situación. Si la meditación o el yoga no son para ti, la práctica de cualquier actividad que te provoque bienestar te sentará de maravilla.