Con la llegada del verano, una de las actividades más recurrentes en nuestro tiempo libre es ir a la playa. La arena, el mar, el sol… estos factores, aunque no lo parezca, deterioran a nuestro cuerpo, siendo la piel, lo más afectado.
Por ello, os queremos dar algunas recomendaciones sobre las cremas solares que podéis tomar en cuenta a la hora de aplicároslas para tomar el sol.
Para evitar las quemaduras solares es importantísimo no tomar el sol en las horas de máxima exposición (suelen ser entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde), proteger adecuadamente las zonas más sensibles (cabeza, cara, hombros y pies) y, sobretodo, contar con un buen protector solar.
El objetivo principal de cualquier crema solar es proteger la piel de las radiaciones solares, absorbiéndolas, dispersándolas o reflejándolas. Se trata que la piel note lo menos posible las radiaciones nocivas del sol y pueda broncearse sin llegar a quemarse.
En las tiendas ya podemos encontrar protectores con características extra. Por ejemplo aquellos que además de protegernos del sol, nutren e hidratan la piel. Ricos en vitamina E y C consiguen que el sol no acabe de penetrar en la piel y le aportan un extra de hidratación para evitar que se seque. También están los protectores con acciones reductoras. Ricos en L-Carnitina, ayudan a quemar los excesos de grasa de nuestro cuerpo mientras tomamos el sol. También podemos mencionar, entre muchos otros, aquellos que estimulan la melanina para acelerar el bronceado o aquellos protectores resistentes al agua.
Hoy en día los podemos encontrar de todos los tipos. Eso sí, es recomendable aplicarlos entre 30 minutos y 2 horas antes de la exposición al sol e irlos reaplicando a lo largo del día, más o menos cada hora y media. Todo dependerá de las características particulares de cada producto y marca.
Ahora sí, siguiendo estos consejos… ¡Podemos ir tranquilamente a tomar el sol!