Llegados al siglo XXI, los avances en medicina estética son cada vez mayores a la vez que sus resultados consiguen una mayor eficacia. Y es que al mirarnos , siempre encontramos pequeñas imperfecciones en nuestro cuerpo y rostro. Esto nos puede llevar a querer probar algunos tratamientos para que no se note el paso de los años en nuestra piel.
Uno de los tratamientos que últimamente está de moda es el láser. Hasta hace poco, este procedimiento requería un largo periodo de recuperación e iba en contra de las necesidades de los pacientes. Ahora, esta técnica ha conseguido tener resultados inmediatos, reales y sin afectación alguna a la vida cotidiana gracias a los láseres fraccionados no ablativos. Éstos, combinan dos longitudes de onda, 1540nm y 980 nm, adaptándose perfectamente a las necesidades de cada persona. Además, reduce notablemente la aparición de manchas y arrugas, produciendo en tan solo 3 sesiones un notable rejuvenecimiento cutáneo.
Otro tratamiento en alza es la llamada radiofrecuencia. Esta tecnología realiza microimpactos térmicos sobre la superficie cutánea sin producir alteraciones en la piel y consigue unos resultados satisfactorios en diferentes ámbitos como el rejuvenecimiento facial, los poros dilatados, cicatrices de acné o varicela, manchas, alteraciones de tono o queloides. En definitiva, este tratamiento es perfecto si se quiere tratar la flacidez cutánea.
Para acabar, no nos podemos olvidar del colágeno oral. Ahora muy usado por las celebrities, este complemento nutricional de origen natural se usa des de los años 90 por su probada efectividad. Y es que con la edad, el colágeno y la elastina de la piel pierden elasticidad y empiezan a aparecer las tan odiadas arrugas. Por ello, a medida que nos hacemos mayores, es aconsejable aumentar los complementos nutritivos que ayuden a la prevención o al control de los signos de envejecimiento. Por eso, este tipo de colágeno es perfecto, pues se ingiere con dosis diarias de 10 gramos que, a las doce horas, ya han sido digeridos en un 95% por nuestro cuerpo, a diferencia de los tratamientos por vía tópica, que a veces no son absorbidos correctamente. De esta manera permite compensar los efectos del envejecimiento, aportando elasticidad y resistencia a los tejidos de la piel.
Los efectos empiezan a apreciarse a partir del tercer mes viendo cómo reduce y retrasa la aparición de arrugas, nutre protege y regenera los tejidos y, a la vez, reduce el dolor articular. Este tipo de colágeno, además, en situaciones de control de sobrepeso, postparto o hipercolestrolemias ayuda a prevenir artrosis, osteoporosis o el envejecimiento cutáneo que se produce, por ejemplo, tras la pérdida de peso o debido al embarazo.