La preocupación por esas arañitas que salen en las piernas la tenemos todas. Principalmente nace por un tema estético: a nadie le gusta que se vean varices en las piernas. Aunque, con este post os descubrimos que es más que algo antiestético. Las estrías pueden ser una primera manifestación de patologías vinculadas a la circulación o a la insuficiencia venosa.

De hecho, una de cada diez personas tiene varices, siendo la mayoría de estas, mujeres. Lo primero que se debe mirar es si se trata de una cuestión hormonal o bien existe otra patología detrás. Los síntomas normales de las varices suelen ser la pesadez de piernas, los calambres, la picazón e incluso fuertes dolores en las piernas. Si sufres de estos síntomas no te preocupes aunque, en caso que se te agraven, debes mirarlo más en profundidad.

Los especialistas recomiendan realizar un ecodopler o, lo que es lo mismo, una ecografía que permite evaluar el flujo de la sangre y conocer así, el estado circulatorio de las piernas. Según el estado, podemos encontrar distintos tipos de varices. Las C1 son aquellas venas capilares que se dilatan y se ven a través de la piel. Las C2 serían aquellas venas dilatadas que sobresalen; las C3 causan hinchazón en la pierna debido a un edema producido por la sangre que tiene dificultades para volver al corazón y, finalmente, las C4 que serían aquellas que vuelven la piel ocre debido a que el hierro de la sangre se filtra entre las células de las venas y toda esa zona se pone dura. En algunos casos se puede llegar al estadio C5, cuándo la úlcera está cerrada o la piel es demasiado fina o, incluso, al C6 que sería cuando la piel se rompe definitivamente y se crea una úlcera.

Esto no significa que todas las personas que tengan varices lleguen a estos estadios, pero sí que es indispensable conocer su estado para poder actuar en consecuencia y prevenir posibles males.

¿Pero que puedes hacer tu para ayudar a mejorar al sistema circulatorio? Debemos evitar fumar, el sedentarismo, la obesidad, permanecer muchas horas parados y de pie, así como reducir el consumo de anticonceptivos. Físicamente, podemos ayudar con cierta actividad física: poner los pies a la altura del corazón y hacer pequeños ejercicios como las sentadillas, para ayudar a las venas a bombear de manera correcta.