El yoga es uno de los deportes que, en los últimos años, se ha puesto más de moda. El yoga nos ofrece poder conseguir múltiples objetivos de una forma conjunta, sencilla y natural: perder peso, un cuerpo fuerte, flexible y saludable, una piel suave y brillante, calmar la mente…

Pero… ¿qué pasaría si este deporte lo practicaran nuestros hijos? Pues bien, el yoga para niños puede ser una manera de lo más divertida para que desarrollen su potencial creativo así como su capacidad de superar retos, desde una temprana edad.
Los beneficios en adultos y niños son algo diferentes. En el caso de los niños, con los diferentes ejercicios de yoga aprenden a ejercitar su respiración y a relajarse. De esta manera, empezarán a aprender a hacer frente a situaciones adversas, al estrés y a la falta de concentración. Todos ellos, problemas de lo más habituales en los niños de hoy en día.

El yoga también les ayudará a crear una rutina deportiva en su día a día, llegando a sustituir o a complementar otras actividades deportivas. Muchos padres tienen una consciencia equivocada que el yoga no consiste una actividad física importante cómo pueden serlo otros deportes como el futbol, el baloncesto u otras actividades deportivas extraescolares.
Nada más lejos de la realidad ya que el yoga es una disciplina que enseña a los niños a activar y a estirar su cuerpo, a canalizar su energía, a conectar con su “yo interior” y, a la vez, a reafirmar su autoestima. Podemos afirmar, pues, que los beneficios de este deporte para nuestros hijos son tan físicos como mentales.

En resumen, podríamos decir que físicamente el yoga tiene multitud de beneficios para que los niños crezcan sanos y fuertes: con los diferentes ejercicios y rutinas los niños desarrollan y estiran los músculos, consiguen mejorar la flexibilidad en las articulaciones, mejoran los hábitos posturales de la columna vertebral dañados con la carga de peso diario, masajean sus órganos internos, estimulan la circulación sanguínea y mejoran sus hábitos de respiración. A nivel mental, el practicar yoga les puede ayudar a canalizar su energía física, a armonizar su persona y su carácter, a mejorar su autoestima y a combatir el nivel de estrés infantil, ya que les calma y les relaja.