Nuestra piel se renueva cada día mediante procesos fisiológicos naturales, eliminando la capa más superficial. A medida que pasa el tiempo y vamos envejeciendo, este proceso pierde eficacia ya que las células que se encargan de ello se han ido deteriorando y eliminando de forma natural. Y es por todo esto que si ya tenemos cierta edad es muy recomendable que ayudemos a nuestra piel a deshacerse de las células muertas que pueden llegar a crear una capa que obstruya nuestros poros, dejándonos una piel apagada y sin luminosidad.
El término peeling se puede traducir como el “pelado” de la piel. Hay diferentes formas de tratamiento, entre las cuales destaca el peeling químico, cuando usamos ciertas substancias para llevarlo a cabo, o el físico o mecánico cuando usamos la aparatología estética para realizarlo. Se opte por un tratamiento u otro el objetivo de todos ellos es lograr una renovación de las capas más superficiales de la piel.
Este mismo objetivo ayuda en la eliminación o atenuación de las lesiones más comunes de la piel como son los lentigos (manchas del sol) o las cicatrices y rojeces.
El profesional que se encargue del tratamiento te recomendará cual es el peeling más adecuado para ti en función de tu tipo de piel y la valoración de las lesiones que puedan existir. Cuando se elige uno u otro método también se tiene en cuenta la aplicación si debe ser más o menos profunda, valorando el proceso posterior de recuperación. Parece lógico que cuanto más se interiorice en la dermis más efectos de renovación se logran pero en ello hay que asumir que la recuperación puede ser un poco más costosa.
A continuación os explicamos los peelings más habituales que se suelen llevar a cabo en los centros de medicina estética:
El peeling de ácido salicílico (peeling superficial), es ideal para las personas que tengan la piel grasa, con tendencia a los comedones (puntos negros) y al acné, el peeling ayuda a mantener a raya estas molestas lesiones de la piel.
El peeling de ácido tricloracético (de profundidad media) es adecuado para las personas que debido a la excesiva exposición solar tienen múltiples lentigos y arrugas causadas por el fotoenvejecimiento. Este peeling renueva por completo la epidermis y parte de la dermis activando la producción de nuevas células y colágeno. Sus efectos son más duraderos que en el caso de peeling superficial pero es importante que se realice de forma correcta para evitar efectos secundarios nada deseables como por ejemplo, cicatrices.
Actualmente no se realizan practicamente peelings con fenol (peelings profundos) debido a su toxicidad ya demostrada y a las importantes secuelas que causa su aplicación.
El peeling físico, se suele realizar mediante la aparatología estética que puede usar cristales de aluminio e incluso dispositivos láser. Actualmente hay múltiples opciones y combinaciones de substancias que pueden ofrecer resultados casi inmediatos y reducen de forma considerable los efectos estéticos de las lesiones dérmicas más comunes.
Para decidirte por un peeling adecuado para ti consulta a tu dermatólogo y acude a un centro de confianza, seguro que lograrás una nueva frescura y luminosidad en tu piel., más si se realiza de forma regular.